Continúa la "pesca" de fardos de cocaína en las aguas del Cantábrico, presumiblemente pertenecientes al mismo alijo descubierto el pasado viernes por el bonitero "Cruz del Sur", a unas treinta millas (más de 50 kilómetros) de la costa luarquesa. En esta ocasión, los fardos fueron encontrados en las playas lucenses de Portocelo, en Xove, y La Marosa, en Burela, separadas por una distancia de unos quince kilómetros.

Según fuentes de la Guardia Civil de Lugo, el primer hallazgo se produjo poco después de las diez de la mañana, por el equipo de trabajadores que estaban limpiando el arenal de Portocelo. El siguiente hallazgo se produciría unas horas después, sobre la una de la tarde, en la playa de La Marosa. Esta vez fueron los socorristas de la playa los que avistaron el fardo. En ambos casos, cada uno de los fardos contenía veinte kilos de cocaína.

Una patrulla de seguridad ciudadana de Foz se hizo cargo de los fardos, que han sido enviados a un laboratorios para verificar fehacientemente el contenido de los mismo, y recabar el mayor número de pruebas para dar con los traficantes y establecer el origen de la cocaína. La Guardia Civil sospecha que se trata del mismo alijo cuyos fardos han sido encontrados en la última semana en aguas asturianas.

Después de que los tripulantes del "Cruz del Sur" encontrasen tres fardos el viernes de la semana pasada, se encontraron otros treinta kilos entre Luarca y Cudillero. Anteayer jueves, sin embargo, se hallaron otros tres fardos, con sesenta kilos de cocaína en total, en tres puntos diferentes de la costa, más hacia el este, lo que indicaría que las corrientes están arrastrando los fardos hacia el Golfo de Vizcaya. Estos tres nuevos bultos se encontraron a tres millas de Cabo Peñas, en Gozón, a una milla del Cabo san Lorenzo, en Gijón, y en el pedrero de La Busta, en la localidad maliaya de Selorio, entre las ocho de la mañana y las seis de la tarde.

Con estos dos nuevos fardos son 190 los kilos de cocaína los hallados en las costas cantábricas en el plazo de ocho días. El dispositivo de la Guardia Civil, que incluye medios aéreos y marítimo se ha extendido hasta la comunidad cántabra, ante la posibilidad de que el mar arrastre hasta allí los fardos que aún no han sido encontrados.