La ruta del Cares, en la que anteayer domingo falleció un senderista ruso en la subida a Los Collaos, al principio de la senda, tiene fama de ser un trayecto fácil y asequible para grandes y pequeños, incluso no acostumbrados a caminar. Y no es cierto, como remarcan los montañeros consultados después de que anteayer domingo perdiese la vida un senderista ruso en el tramo de subida a Los Collaos, a una media hora de Poncebos. "La ruta del Cares o la visita a los lagos de Covadonga, advierte el guía de alta montaña Fernando Calvo, que además tiene formación como enfermero.

"Todos los años hay dos o tres infartos o desfallecimientos, gente que se toma esta ruta como si se tratase de una visita más, como a Cabo Peñas, y no es así. Tiene un desnivel que en la subida de Los Collaos se acerca a los 400 metros y es una ruta con riesgos, del mismo nivel que subir al Picu Pienzu, en el Sueve, o al mirador de Cotalba", añade este experto.

Calvo cree que cada vez hay más rescates de montaña porque hay más gente que acude a ella. "Eso no tiene por qué ser necesariamente malo, pero se está minusvalorando los riesgos de la montaña", añade Calvo. Para hacer la ruta del Cares se requiere "una mínima forma física". Ese falta de conciencia de los propios límites es lo que está motivando muertes con ese fenómeno al alza que son las carreras de montaña", estima.

Juan Rionda, presidente de la Federación de Montaña de Asturias, también es de la misma opinión que Calvo. "Cualquier ruta de montaña requiere una cierta preparación física y más la del Cares, que se vende como una ruta sencilla". En absoluto lo es. "Son 22 kilómetros entre Poncebos y Caín y el regreso. Vas caminando por un callejón, a través de un terreno proclive a los desprendimientos, con que hay un relativo peligro. La gente que no está acostumbrada a la actividad física puede sufrir mucho subiendo a Los Collados, especialmente si hace mucho sol, porque además no hay agua. No es una ruta apta para todo el mundo", indica Juan Rionda.

El pasado mes de junio, una senderista vasca falleció en la ruta del Cares al caer de cabeza desde unos treinta metros de altura, tras sufrir un tropezón. Se trataba de una mujer de cierta edad, que ya no tenía los reflejos que le hubiesen permitido aferrarse a cualquier protuberancia para evitar caer al vacío.

Las mejores horas

Los guardias civiles de Montaña de Cangas de Onís lanzaron algunos consejos para realizar esta ruta, comenzando por el calzado que debe utilizarse, uno de montaña que permita un agarre suficiente en los tramos lavados o sueltos. El Cares no debe hacerse en zapatillas de deporte para asfalto y mucho menos zapatos, que algunos casos se han visto en esta popular senda.

Los guardias también aconsejaban una cierta preparación física para esta ruta de seis horas, con una fuerte cuesta al principio y otra casi al final. También aconsejaban realizar la ruta en las primeras horas de la mañana o por la tarde, evitando las horas de más calor -entre el mediodía y las cuatro de la tarde- debido a que la temperatura puede ser alta. Y es que la ruta es como una caldera, en la que la caliza actúa como las brasas de una cocina de carbón. El teniente Pablo Villabrille, jefe de la Sección de Montaña de Cangas de Onís, también desaconseja que realicen la ruta niño, por los riesgos que puede haber a lo largo de la ruta. Los menores que la hagan deben estar familiarizados con la montaña e ir siempre tutelados.

Cualquiera puede sufrir un infarto, especialmente si se pertenece a los grupos de riesgo (sobrepeso, tabaquismo, enfermedades coronarias), pero en este tipo de actividad prima sobre todo el sentido común. Si un senderista no puede con una cuesta, lo mejor es detenerse cuantas veces sea necesario e incluso dar la vuelta.