"La situación es dantesca", aseguraba ayer José Ángel Blanco, ingeniero de Noreña residente en Porto Cristo, que conoce muy bien las consecuencias de la riada. "La situación es realmente mala", aseveró, "hay coches por todas partes destrozados", continuó diciendo el director del departamento de dirección de proyectos en la ingeniería Talat. "Hay muchos más desaparecidos de los que se dicen, seguramente se confirmarán más muertos; parece como si se hubiera producido un terremoto: las casas, destrozadas, quedaron arrasadas por dentro, el torrente las vació por completo". Algunos de sus compañeros de la empresa no pudieron regresar a casa la noche del martes. Protección Civil envió esa misma noche peticiones de ayuda a la población. "Me ofrecí a colaborar pero me dijeron que ya tenían cubierto el cupo, indicó. Cuando el asturiano realizaba estas valoraciones se confirmaba la décima víctima mortal. "Las consecuencias son brutales, la riada se llevó carreteras y puentes", advirtió.