José Luis Bernal García, Cheluí, el parapentista asturiano rescatado ayer por la mañana en la India tras cinco noches y cuatro días desaparecido, descendió arrastrándose por las rocas de los 4.200 metros de altitud donde cayó con su parapente hasta los 3.100, para facilitar las tareas de rescate.

Durante todo ese tiempo aprovechó el hielo para beber e hidratarse, con un único objetivo: sobrevivir hasta que sus compañeros fueran a buscarlo y lo sacaran de allí.

El rescate se realizó a primera hora de la mañana, y Bernal fue recibido por sus compañeros en medio de una gran algarabía al bajarse del helicóptero que lo recogió en las montañas. "Mi preocupación no era mi vida, era mi familia. Ha sido lo más intenso de mi vida. No tengo palabras para agradecer todo lo que habéis hecho por mí", relataba, visiblemente emocionado.

El parapentista asturiano no presenta lesiones, salvo en las manos, pero aun así fue trasladado a un hospital cercano para realizarle un chequeo con el que verificar su buen estado de salud, según explicó su hijo Pablo Bernal. "Quedaron asustados de su estado físico. Eso es lo que le ha permitido sobrevivir", señaló.

"Nos contó que se encuentra bien, que sabía que lo estábamos buscando, que estaba seguro, y que sólo pensaba en nosotros", relata el hijo del profesor jubilado del IES de Pando, en Oviedo. "Nos dijo que había bajado de los 4.200 a los 3.100 metros para que fuera más fácil el rescate, y que por las noches se resguardaba detrás de las piedras más grandes", continúa Pablo Bernal.

La familia ha iniciado ya los trámites para que José Luis Bernal pueda regresar a casa lo antes posible, "esperemos que esta misma semana. Tenía el billete de vuelta para después del 1 de noviembre, porque el viaje estaba planificado para tres semanas, pero él y todos nosotros queremos que vuelva ya", afirma su hijo, que como su madre y su hermana siempre confiaron en la experiencia y el buen estado físico de Bernal para superar esta dura situación.