Quiso almacenar en su piso de Montecerrao, en Oviedo, la friolera de 96 kilos de cocaína, que llegaban a Asturias desde Brasil a través del aeropuerto de Lisboa. M. C. C. F., que ahora tiene 63 años, y al parecer se dedica a la videncia, se enfrenta ahora a una condena de siete años y medio de cárcel, así como al pago de 7,2 millones de euros. El hostelero que iba a ayudarla a vender la droga, P. R. A., se enfrenta a seis años y medio de prisión y la misma multa millonaria. La Policía no sabe cuánta droga llegaron a introducir en Asturias. El 19 de julio de 2016, uno de sus correos, J. C. G. G., llegó al aeropuerto lisboeta procedente de Belo Horizonte y allí le encontraron en el equipaje la friolera de 26,3 kilos de cocaína, con un valor en el mercado de la droga de 2,4 millones de euros.

Según la Fiscalía, el grupo de Estupefacientes de Oviedo descubrió que un grupo de personas se estaba dedicando a vender cocaína en Oviedo. La acusada se encargaba al parecer de la gestión de las sustancias, era la responsable de enviar y controlar a las personas que actuaban de correos y contactaba con los propietarios de la droga, normalmente colombianos residentes en España, realizando las labores para que la cocaína llegase desde su origen, generalmente en Brasil, hasta su destino final en Oviedo.

Por su parte, P. R. A., aparte de vender la droga a terceros, también realizaba funciones de control y envío de los correos, en contacto directo con los proveedores para establecer los términos de la recepción de la cocaína y su posterior traslado, hasta llegar a manos de M. C. C. F., siempre según la fiscal antidroga, Ana Méndez. En su día fue detenida la hija de la mujer, pero fue exonerada. El pasado agosto, el Juzgado número 4 de Oviedo decretó la apertura de juicio oral, y ahora las defensas, que corren a cargo de José Manuel Fernández González y María del Mar Rodríguez, deben presentar sus escritos de calificación, antes de que se convoque el correspondiente juicio en la Audiencia.