Federico Aparisi, un misionero evangelista madrileño, se ha visto implicado sin ser muy consciente de ello en un embrollo que amenaza con llevárselo por delante. Su error, venderle una casa a Manuel Andrés Puente Saavedra y a Adriana Moreno Correa, y aceptar un primer plazo por la misma de 60.000 euros. Lo que sólo sería un problema fiscal se complica porque Puente y Moreno son presuntos miembros de la red que Sito Miñanco montó para blanquear el dinero de la droga, y hay muchas posibilidades de que esos 60.000 euros procedan de cocaína.

El caso es que la Policía dice en el sumario de la "operación Mito" que Aparisi era conocedor de la procedencia del dinero. Como única razón, esgrime que Aparisi pidió unos créditos ficticios a sus familiares para justificar la entrada de dinero procedente de los narcos. Él niega la mayor: los créditos fueron reales y además "no sabía que ese dinero negro venía de la droga". Le pidieron el favor de que el primer plazo fuese en mano, por unos problemas de Adriana Moreno por deudas de su exmarido.

De Aparisi se ha dicho que lideraba una comunidad evangélica en San Cucao de Llanera, pero él no ha estado jamás en esa localidad, y hace más de quince años que no pisa Asturias. En realidad, la sede de esta iglesia, Communitas Internacional, está en Llanera porque allí vive la secretaria de la comunidad, pero allí no hay culto alguno. Aparisi, informático de 52 años, hijo de un conocido pastor protestante, tenía una casa en Collado Mediado, en Madrid, que alquiló a Puente y Moreno por 1.000 euros al mes. A ellos los conocía como los del campo de tiro de la localidad. "Hace unos meses, mi mujer y yo decidimos desplazarnos a Algeciras para continuar nuestra labor evangelizadora. Las personas a las que alquilábamos la casa del pueblo se interesaron por la compra. Firmé con ellos un contrato privado de compraventa. Sin embargo, aplazaron la escrituración y dejaron de efectuar los pagos a los que se habían comprometido", señala Aparisi.

Esto es importante, ya que, con el dinero de la venta de la casa de Collado Mediano, tenía pensado pagar la casa de Algeciras a la que se había mudado con su mujer y sus hijos. Cuando vio que no le pagaban lo estipulado y que no tenía con qué hacer frente a la compra de Algeciras, llamó varias veces a la pareja, y, al no recibir el dinero, no le quedó otro remedio que pedir a un tío suyo.

La Policía fue a detenerle en febrero de este año a Algeciras, pero estaba en Madrid. Al ver que le buscaban, se presentó él mismo ante los agentes, que lo soltaron nada más declarar. Fue en ese momento cuando se enteró del pelaje de las personas a las que había vendido su casa. A Aparisi le está causando este asunto un grave daño, porque le han embargado las cuentas -incluida una de Communitas Internacional, en la que figuraba como apoderado- y no puede hacer frente a su hipoteca. Aparisi dice que jamás ha sido detenido antes de este asunto, y que jamás ha tenido que ver con el tráfico de droga y menos con el blanqueo.