Había estado amenazándola por Whatsapp de forma reiterada, y por eso, cuando Denisa, una adolescente rumana de 17 años, murió en la madrugada del lunes tras haber recibido una puñalada en el abdomen que le sacó las tripas, todas las sospechas se dirigieron hacia ella. Rocío M., de 19 años, salía con el exnovio de Denisa, pero le tenía unos celos enfermizos y un odio homicida. A esta hija de Guardia Civil la detuvo la Policía en su casa de Venta de la Rematosa, en Toledo, a 35 kilómetros de la localidad madrileña de Alcorcón, el lugar donde se produjo el crimen.

La joven, que al parecer tiene problemas de alcohol y drogas, negó ante los agentes haber apuñalado mortalmente a Denisa, pero su móvil la coloca en el lugar y la hora del crimen. Además, cuando Denisa fue apuñalada estaba hablando por el móvil con una amiga y escuchó claramente cómo era apuñalada y, por las voces que escuchó, identifica sin lugar a dudas a Rocío. Los agentes investigan ahora si hay más implicados en este desgraciado incidente que no dudan en relacionar con los celos patológicos de Rocío. Los testigos aseguran que había una segunda persona con la presunta homicida.

El crimen, como ocurre en estos casos, ha destrozados dos familias. Los padres de Denisa dicen ahora que tenían que haber actuado antes, pero su hija les había dicho que tenía el problema controlado. "Hice mal en dejarlo todo en manos de mi hija. Tenía que haber actuado, buscar a esa persona, a sus padres. No hubiese pasado esto. Ahora somos dos familias destrozadas, mi niña en el cementerio y la suya en la cárcel", aseguró su padre. Denisa no le hacía ni caso, porque estaba Rocío "zumbada". Ahora ya es tarde.