Un padre y su hijo han sido exonerados de su presunta responsabilidad en un incendio declarado en Boal, en el suroccidente asturiano, en 2015, donde ardieron más de 2.600 hectáreas. Ambos habían negado cualquier participación en aquel pavoroso incendio que se convirtió en el icono de la ola de fuego que arrasó la región a finales de aquel año, calcinando casi 15.000 hectáreas. La investigación del Juzgado de Valdés ha finalizado en el caso de C. V. y F. V. con el sobreseimiento provisional y archivo de las diligencias abiertas por un delito de incendio.

Los sospechosos ahora exonerados eran dos de las catorce personas que el Servicio de Protección de la Naturaleza, Seprona, y la Unidad Central Operativa Medioambiental (Ucoma) de la Guardia Civil identificaron como los que podían ser los presuntos autores de las quemas.

En diciembre del año 2015 el suroccidente asturiano contabilizó hasta 364 focos en 57 concejos que calcinaron casi 15.000 hectáreas, y uno de los incendios más importantes se registró el día 16 de ese mes en Brañalibrel (Boal), en un terreno del padre que afectó a una pequeña parte de otra parcela del hijo, ambos ahora exonerados.

Los investigadores concluyeron que el fuego fue "intencionado", y tres días más tarde, el 19 de diciembre, se reprodujo y afectó a terrenos que desde hacía años eran objeto de conflicto entre sus éstos y otro vecino.

Los agentes del Seprona y de la Ucoma interrogaron a los vecinos de Brañalibrel, donde se produjo el peor de los incendios, tanto por la amplitud de la superficie que se quemó como por el alcance de los daños, ya que se quemaron varias edificaciones. Y de sus declaraciones sacaron en conclusión que podrían haber sido los presuntos autores.

Según el abogado de los dos detenidos, José Manuel Fernández González, las declaraciones de los testigos apuntaban a que padre e hijo mantenían una actitud "pasiva" ante el incendio y que habían ocultado la venta de madera para no tener que devolver unas subvenciones.

Tras la denuncia presentada por el Principado contra ellos, se solicitó el 29 de junio de 2016 el sobreseimiento provisional al alegar la inexistencia de indicios sobre su participación, ya que la declaración de un bombero que participó en la extinción y una testifical no les situaba en la zona donde se inició el incendio.

El bombero había declarado que había observado la existencia de una línea de defensa rudimentaria, de entre 60 y 80 metros, efectuada por padre e hijo con las manos y sin herramientas, lo que había propiciado la contención del incendio.

Además, según el letrado, la parcela no estaba sujeta a la devolución de subvención alguna, al haber transcurrido el plazo establecido y hallarse la madera en turno de corta, por lo que podía proceder a su venta sin tener que devolver la subvención, y ello sin perjuicio de que no era su interés la venta en ese momento.

El 19 de marzo de 2017, el abogado remitió otro escrito al Juzgado en el que solicitaba que se decretara el sobreseimiento y archivo de las actuaciones por la ausencia de pruebas contra sus representados. Un año y ocho meses después, el juez de Valdés ha emitido un auto en el que acordaba ambas medidas y exoneraba a padre e hijo.