Cuatro personas detenidas, entre ellas dos vecinos de Gijón, y 322 armas incautadas, como ametralladoras, subfusiles y fusiles de asalto, han sido el resultado de la "operación Golalde", desarrollada por la Guardia Civil en Asturias, Cantabria y León. Los investigadores, dirigidos por el Juzgado de Instrucción 5 de Oviedo, realizaron en total once registros en domicilios y locales.

Las investigaciones comenzaron a principios de este año, cuando se detectó en internet a un hombre que utilizaba una falsa identificación como coleccionista para vender armas de fuego a un precio muy superior al de mercado. Se trataba de un vecino de una pedanía de Gijón, de 49 años, que carecía de cualquier tipo de licencia de armas, ya que se las habían revocado hace años a raíz de un episodio de violencia doméstica. Las conversaciones posteriores para concretar los detalles de la venta y entrega tenían lugar en aplicaciones de mensajería encriptada.

Este primer detenido poseía un total de 16 armas de fuego, todas ellas activas, entre las que destacan un fusil de asalto de fabricación soviética AK-47, dos subfusiles de fabricación israelí UZI y un subfusil de fabricación estadounidense MAC-10 dotado de silenciador, así como abundante munición para los mismos. Dada la naturaleza de armas de guerra de estas últimas, por su capacidad para hacer fuego automático, su tráfico ilícito supone un riesgo aún mayor. A otro de los detenidos, también en Gijón, se le incautaron en su domicilio 211 armas, 193 de ellas pistolas y revólveres. Este mismo individuo tenía instalado en el trastero de su domicilio un taller clandestino para la manipulación de armas y la fabricación ilegal de munición. En este domicilio, la Guardia Civil intervino además varias armas de fuego en proceso de rehabilitación, numerosos cañones nuevos, piezas fundamentales y cargadores, así como más de 30.000 cartuchos metálicos de diferente calibre y 18 kilos de pólvora para la fabricación de munición.

La "operación Golalde" ha sido desarrollada por el Grupo de Información de la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón, con el apoyo de la Jefatura de Información y de los Grupos de Información de las Comandancias de Madrid y Cantabria.

Tres de los cuatro detenidos han ingresado en prisión. Traficaban con armas de fuego de distintas procedencias tanto nacionales como extranjeras. Incluso aprovechaban armas inutilizadas que posteriormente manipulaban para ponerlas de nuevo en condiciones de efectuar fuego real. Dichas armas de fuego, junto con la munición para las mismas, eran vendidas a delincuentes de todo el país. Al tener sus números de serie borrados o no estar registradas en las bases de datos nacionales, las armas podían ser desviadas al mercado ilegal.