El ingeniero Sergio Tuñón, jefe de la Brigada de Salvamento Minero de Hunosa, partió ayer a Totalán (Málaga) junto a siete miembros de su equipo -4 brigadistas, dos mecánicos y un chófer- para participar en las tareas de rescate de Julen, el niño de dos años desaparecido el domingo al caer por un pozo de 25 centímetros de diámetro y más de 100 de profundidad. "Va a ser una tarea muy complicada y larga", coincidieron en señalar anteriores responsables de esta brigada, aunque se pondrán todos los medios para tratar de acabar en un plazo máximo de 48 horas.

El Ministerio de Defensa solicitó ayer por la mañana al presidente de Hunosa, Gregorio Rabanal, la asistencia de un equipo de la Brigada de Salvamento Minero en las tareas de rescate. Se trata de especialistas en técnicas de rescate en espacios angostos con los medios habituales utilizados en la minería. El Ejército del Aire fletó un C295 del Ala 35, con base en Getafe, para recoger a los rescatadores asturianos en el Principado y trasladarlos a Málaga, a donde llegaron a primera hora de la tarde.

La decisión adoptada por quienes coordinan la operación consiste en abrir una galería perpendicular al pozo y otra en paralelo. Según los expertos, los últimos metros se deben excavar a mano, de lo que se encargarán los especialistas asturianos. La empresa sueca que participó en el rescate de los mineros chilenos que quedaron sepultados, también participará con un geolocalizador.

La situación es muy complicada, y los expertos calculan que se pueda prolongar durante días. Pero las autoridades han dado de tiempo máximo 48 horas.

Santiago Suárez, exjefe de la Brigada de Salvamento Minero asturiana, señaló que "son muchas las dificultades". "Aunque el sondeo parece que puede ser vertical, siempre tiene cierta inclinación, por eso hay que tener enorme cuidado con las mediciones. La nueva galería se cavará inicialmente con máquinas, pero en los últimos metros hay que hacerlo a mano para que no se produzca un derrumbe". A todo esto hay que sumar que se cuente con la suficiente potencia eléctrica que permita trabajar a los especialistas según las necesidades de cada momento. "Llevará días. Como mínimo dos si todo va muy bien, no hay contratiempos y no se para", señaló.

Alfredo Álvarez, que también fue jefe de la Brigada, coincidió con su compañero, pero matizó que un hándicap añadido es que el pequeño Julen está bajo tierra. "Hay que hacer la galería, postearla para asegurar las paredes y avanzar muy despacio para que no haya derrumbes, y sin saber qué te vas a encontrar", señaló.

Jesús Sierra, también exjefe de la Brigada de Salvamento Minero, señaló que "lo más fácil sería calar el tapón de tierra, pero con el niño ahí es mejor no hacerlo. Así que sólo queda construir una galería por la que pueda entrar el rescatador, incluso con alguna herramienta. Va a llevar días y va a ser muy difícil".

Los expertos asturianos coincidieron con otras opiniones en mostrar su extrañeza por las circunstancias. Por ejemplo, que el pequeño cupiera por un agujero tan reducido; que las paredes del pozo estén lisas, sin restos; que cayera tanta tierra encima de él, cuando en teoría debía estar debajo porque la iría arrastrando al caer, y que aparecieran una bolsa de gominolas y un vaso de plástico sobre el tapón de tierra.

El pocero responsable de la perforación aseguró a la Guardia Civil que hace poco más de un mes tapó el agujero con una piedra primero, y después, le añadió arena encima. Tras la caída de Julen, se percató de que, en torno al agujero, alguien había dibujado un surco de hasta cinco metros de diámetro y que el terreno había sido rebajado medio metro: justo la profundidad donde se encontraba la piedra que hacía de tapón. Un trabajo, aseguró, sólo posible con excavadora. Pero el pozo se hizo sin permisos.

José Antonio Sáenz de Santamaría, presidente del Colegio de Geólogos de Asturias, apuntó a la responsabilidad legal de quien abrió el pozo y no lo cerró según establece la normativa. "Hay que presentar un proyecto y solicitar permisos a la Dirección General de la Minería. Y cuando se abandona, hay que entubarlo, sellar el tubo con un anillo de cemento, y acabar rellenando con cemento y taparlo. Y no se hizo".