Un arquitecto argentino de origen italiano, pero afincado en Puerto de Santa María, en Cádiz, fue la persona que disparó, sin querer, el cartucho que costó la vida al pequeño Aitor, de 4 años, en una cacería de jabalíes en Guillena (Sevilla), el pasado domingo. El niño se encontraba junto a su abuelo en un puesto de caza cuando recibió el disparo en la cabeza. Los equipos médicos intentaron reanimarlo por espacio de dos horas, pero nada pudieron hacer.

El arquitecto, Luis Antonio G. G., de 60 años, prestó declaración, investigado por un presunto delito de homicidio imprudente. Todo indica que el cazador aficionado salió del puesto en el que se encontraba unos metros y disparó al ver un movimiento entre la maleza, pensando que se trataba de un jabalí. El cazador pudo haber cometido una imprudencia, al alejarse del lugar que tenía asignado.

El incidente causó un auténtico drama. Cuando el niño cayó con la cabeza reventada, su padre, un camarero aficionado a la caza, acudió corriendo al puesto donde había dejado a su hijo sentado en una sillita de campo, gritando: "¡Mi hijo, que me lo han matado!". Fue él quien en un primer momento le practicó el boca a boca para reanimarlo. Eran las once y media del domingo. Cuando llegaron los médicos, Aitor aún tenía las constantes vitales. Fue una lucha de más de dos horas, pero nada se pudo hacer.

El autor del disparo, que utilizó un proyectil de caza mayor, capaz de matar un gran animal, quedó en libertad tras declarar que había disparado a lo que pensaba que era un jabalí. Se le han retirado las armas y podría afrontar una fuerte pena de cárcel. Hay otras doce personas citadas a declarar por este incidente, que abre un debate sobre la presencia de los menores en las batidas. La ley andaluza de caza prohíbe que los menores de 14 años estén presentes en las cacerías. Aitor estaba en plena zona de peligro y eso también podría tener consecuencias para los organizadores de la cacería. Los compañeros del colegio del niño guardaron el lunes un minuto de silencio por su compañero muerto antes de tiempo.