"¿A nosotros? A mí no me hables de mi rescate. Al nenu, ¡tenemos que sacar al nenu!". Ésta fue la respuesta del jefe del equipo de Salvamento Minero, Sergio Tuñón, a un bombero que planteó idear un posible plan de rescate de los mineros por si la operación para sacar al pequeño Julen sufría algún contratiempo una vez que estuvieran bajo tierra.

La labor del equipo de la Brigada de Salvamento Minero aún sigue siendo recordada por todas las personas que participaron en el rescate. "Su llegada fue crucial. Desde el principio vimos que eran unos profesionales", afirmó recientemente Ángel García Vidal, delegado del Colegio de Ingenieros de Caminos. En las distintas entrevistas concedidas en medios de todo el país, unos y otros han relatado cómo vivieron la operación, las dificultades en la lucha contra la montaña y, sobre todo, la angustia cuando llegó el momento de que los mineros cavaran el último medio metro de la galería para llegar a donde supuestamente estaba el pequeño Julen. "Sergio Tuñón estaba muy agobiado. Todos lo estábamos. Si nos pasábamos de largo y no dábamos con el pozo de Julen, que era 47 veces más pequeño, ya no había marcha atrás, porque había riesgo de derrumbe. Hubo una pequeña desviación de 15 grados. Y acertamos", relató días después el coronel de la Guardia Civil Jesús Esteban.