El recluso de la prisión asturiana al que se le certificó su muerte por error el pasado 7 de enero de 2018, Gonzalo Montoya, ha reclamado a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias la cantidad de 50.000 euros como compensación por daños y perjuicios por responsabilidad patrimonial de la Administración.

Esta demanda ha sido recibida ya por la Administración, y está pendiente la realización de una serie de pruebas. La Administración tiene un plazo de seis meses para contestar a las pretensiones de la defensa, si bien todavía no ha adoptado una resolución definitiva.

Este peculiar suceso se produjo sobre las 8.00 horas de la mañana del 7 de enero de 2018, cuando iba a realizarse el recuento diario de internos, funcionarios del Centro Penitenciario de Asturias encontraron a Gonzalo Montoya Jiménez, en la celda 34 que éste ocupaba en solitario en el módulo 8, inmóvil, inconsciente, con muy baja temperatura corporal y sin señales de respiración. Los médicos del centro examinaron al reo y concluyeron que había fallecido, llegando incluso a certificar su muerte. Gonzalo Montoya Jiménez fue introducido en una bolsa de plástico de las utilizadas para el transporte de cadáveres y trasladado al Instituto de Medicina Legal de Asturias (IMLA) para que se le realizase la autopsia. Fue allí cuando Gonzalo Montoya comenzó a emitir ronquidos y gruñidos y a moverse, por lo que personal del IMLA abrió la bolsa, encontrándose al preso consciente y muy agitado.