El 19 de enero de 2006, hace 13 años, 65 trabajadores de la mina Pasta de Conchos, en las profundidades del estado mexicano de Coauhila, murieron en un accidente. 63 cadáveres siguen ahí adentro, sólo dos fueron rescatados. Pero por fin hay una posibilidad de rescate. En la capital mexicana se reunieron este martes familiares de los mineros fallecidos cuyos restos fueron ignorados tanto por la empresa minera como por distintas administraciones. El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró ayer su intención de hacer justicia. Hasta ahora la empresa no quería abrir la mina porque estaba en condiciones desastrosas de seguridad.