Seis focos de fuego. Es el rastro que supuestamente dejó ayer un pirómano en los montes de Cuevallagar (Yernes y Tameza). Por suerte, no llegó a convertirse en un incendio. Y todo por la rápida actuación de unos montañeros que descendían de la zona y vieron al presunto autor de los fuegos. La Guardia Civil buscaba, al cierre de esta edición, al presunto autor, y el Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) mantenía vigilada la zona con el guarda de Montes.

Los senderistas bajaban por la pista de Cuevallagar a Yernes cuando avistaron un vehículo gris con maletero tipo sedán en frente y cuyo conductor, al verlos, detuvo la marcha y cambió de sentido rápidamente. Según detallan, "dio la vuelta como pudo y huyó". Algo que llamó la atención del grupo, que continuó el camino. De hecho, precisan que poco después vieron el coche parado en un punto de la pista, aunque no le dieron importancia. Hasta que, a los pocos minutos, en medio de la charla, divisaron el humo en el mismo sitio.

El foco estaba a pie de carretera y al pasarlo, tuvieron que sortear algunas llamas. El resto del descenso, foco tras foco a pie de carretera. "Pudo hacerlo desde el coche perfectamente", señalaron.

Los montañeros alertaron a los servicios de emergencias, que recibieron el aviso a las 16.25 horas, y dieron parte a la Guardería Forestal y de Medio Ambiente. El guarda revisó la zona y señaló que la zona afectada por el fuego era pastizal y que no representaba ningún peligro, según confirmaron fuentes del 112.

La Guardia Civil desplegó en la zona varias patrullas del cuartel de Trubia (Oviedo) y el helicóptero "Cuco" de la Unidad de Helicópteros (UHEL), así como la patrulla "Abeja", del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona).

Fuentes de la Comandancia de Oviedo detallaron a última hora de la tarde que se está trabajando para dar con el presunto autor de los fuegos. Por su parte, los senderistas lamentaban no haberse percatado antes.

Este incendio no es un caso aislado en estos días de sol. De hecho, en la noche del viernes al sábado los vecinos de la parroquia de Posada de Llanes se llevaron un buen susto con el fuego que calcinó la cuesta de Turanza. Seis horas tardaron los bomberos en apagar las llamas, que también se podían ver en el barrio de Frieras.

El fuego se prolongó hasta bien entrada la madrugada, mientras los vecinos seguían atentos las labores de extinción por temor a que las llamas llegaran a las casas. En ese caso, el incendio sí entrañaba más riesgo al haber zonas habitadas cerca.