La Guardia Civil puso ayer en Albacete punto final al periplo de la conocida como "banda de los lagares", que el pasado verano sembró el pánico en la zona rural asturiana al asaltar, con sus moradores en el interior, hasta tres lagares y otros domicilios. En su visita al Principado, los ladrones atracaron en Fano la casa familiar de Sidra Menéndez y, una semana después, en una misma noche, dos casas familiares y los llagares de Buznego y Frutos en la zona rural de Gijón y Villaviciosa.

Los detenidos son nueve, de entre 18 y 45 años, la mayor parte procedentes de países del Este, con un amplio historial delictivo y relacionados con otra organización criminal desarticulada en el año 2015. El botín obtenido por estos asaltos se estima en 200.000 euros. Por los robos perpetrados en Asturias se les imputan delitos de robo con violencia, detención ilegal, lesiones, robo con fuerza, hurto y robo de uso de vehículo a motor en un establecimiento público. Gracias a su eficiente actuación, efectivos de la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón, ya habían logrado detener a dos de integrantes del grupo, merced al dispositivo realizado tras el primero de los robos, en sidra Menéndez. Además, los encargados de la investigación se coordinaron con los de la Comandancia de Albacete, dadas las similitudes con los hechos por ellos investigados.

El modus operandi, en todos los casos investigados, tanto los ocurridos en el Principado como en otras partes de España, era el mismo. Asaltaban preferentemente domicilios aislados pero habitados, con los moradores dentro, llegando a amenazar, intimidar o incluso agredir a los habitantes de los domicilios para preguntarles dónde se encontraban los objetos de mayor valor o la caja fuerte.

De hecho, durante los robos resultaron heridas seis personas, una de ellas de gravedad que permaneció ingresada, durante varios días, en la unidad de cuidados intensivos de un hospital valenciano.

Para realizar los robos, tras estudiar la zona donde se iba a perpetrar, los encargados de ejecutar el asalto se desplazaban a pie hasta el objetivo elegido. Así lograban permanecer ocultos hasta el mismo momento de llevar a cabo el robo. Tras cometer el robo, abandonaban rápidamente el lugar de los hechos, desplazándose a pie a varios kilómetros, donde permanecían ocultos durante un tiempo prudencial para seguidamente dirigirse a la "guardería", y ocultar provisionalmente los efectos sustraídos.

La organización utilizaba dos vías para dar salida a los efectos sustraídos. Por una parte la venta de joyas y objetos en establecimientos de compra venta de metales preciosos y de segunda mano, lo que permitió la interceptación e intervención de los mismos, y, por otra, la venta en el mercado ilícito, a "peristas", que difuminaban el rastro de las joyas mediante su venta a terceros.

Durante la fase de explotación de la operación se realizaron seis registros domiciliarios en los que se incautaron más de 40.000 euros en metálico, gran cantidad de joyas, teléfonos móviles, material informático, herramientas, electrodomésticos y prendas de vestir, todo ello procedente de los robos.

Se han esclarecido un total de 62 delitos, entre ellos 17 robos con violencia e intimidación, 17 de detención ilegal, 20 robos con fuerza en las cosas -5 de ellos en grado de tentativa-, 6 de lesiones, 1 de robo de uso de vehículo a motor y otro más de pertenencia a organización criminal. Estos delitos se cometieron en Asturias, Albacete, Cuenca, Madrid o el Levante. La operación continúa abierta y no se descartan más detenciones o el esclarecimiento de nuevos hechos.