En abril del año pasado, Azaan Kaleem, de 18 años de edad, fue apuñalado en reiteradas ocasiones por un grupo de extraños hasta quedar sin vida en una calle de Luton, en Reino Unido. El joven caminaba por la calle con su novia cuando un grupo de jóvenes le tendió una emboscada como respuesta a un malentendido, arrebatándole su vida en cuestión de apenas segundos. Al enterarse del suceso, Roseann Taylor, su madre, corrió calle abajo hasta los paramédicos que desesperadamente intentaban salvar la vida de su hijo.

Un agente de policía impidió que Taylor se acercase más para que los médicos pudiesen continuar con su trabajo. Segundos más tarde, cuando pudo ver de cerca la situación en la que se encontraba su hijo, se dio la vuelta horrorizada y continuó suplicando al oficial que salvase su vida. Las cámaras de seguridad captaron también la reacción de la novia de Kaleem, Shannon, que estaba con él en el momento en que fue atacado. "No quiero que se muera", se le escucha decir mientras coloca las manos sobre su propia cabeza.

Tres días más tarde, Kaleem murió en el hospital a causa de la gravedad de tales heridas. A raíz de la epidemia de crímenes en la calle que continúa extendiéndose a lo largo del país, Taylor y Shannon han permitido que el vídeo del ataque sea retransmitido en la serie británica de televisión '24 Hours in Police Custody', en el Canal 4. "Necesitan imaginar a sus madres o a sus novias en la misma situación, y a causa de esto bajar sus cuchillos", afirmó Taylor. "Lucharé con cada fibra de mi cuerpo para asegurarme de que mi hijo no ha muerto en vano".

En el vídeo, Kaleem es primero apuñalado en el corazón sin ser capaz de oponer ningún tipo de resistencia y golpeado luego 20 veces hasta caer en el suelo, por "haber puesto una cara rara" a sus agresores. "Esto es algo que no debería pasar nunca y es por eso mismo por lo que quiero compartirlo, porque nunca debería haber pasado", asegura Taylor.

Gracias al circuito de videovigilancia instalado en esa calle, la policía fue capaz de identificar a los agresores rápidamente. Cuatro varones, de edades comprendidas entre los 18 y los 20 años, fueron arrestados y sentenciados a distintas condenas por el asesinato del joven. Como respuesta a este suceso, su novia y su madre han creado una campaña de recogida de dinero para entregarlo a la unidad de cuidados intensivos del Luton & Dunstable Hospital.

Taylor asegura ser incapaz de borrar las imágenes de su hijo asesinado de su cabeza, todavía tan vívidas y espantosas como el día en que las vivió. A pesar de ello, ha intentado deshacerse de esos recuerdos sustituyéndolos por otros mucho más felices que había vivido con él anteriormente, aunque eso no sea suficiente para conseguir que las pesadillas dejen de acecharla: "Siento que le he fallado, desde el primer momento cuando nació fui consciente de cuán importante era ser su madre y protegerle a toda costa, y en ese último momento no me dio tiempo a llegar a él. Daría lo que fuese por volver a escucharle llamarme 'mamá' otra vez", sentenció su madre.