Durante el último trimestre de 2017, tres alumnas de 15 y 16 años del Instituto de Llanes se dedicaron a insultar a otra alumna cada vez que la veían, tanto en el patio del centro como en otras partes de la localidad del Oriente. Cada vez que la encontraban, la machacaban verbalmente: "Sindi", "calva", "sidosa", "asquerosa", le gritaban delante de todo el mundo. Fue tal la situación creada por las tres adolescentes que la otra menor terminó acusando este maltrato verbal y tuvo que someterse a tratamiento psicológico.

Todo lo anterior viene recogido en los hechos probados de la sentencia dictada por la jueza de Menores de Oviedo, que, pese a dar por ciertos los insultos sufridos por la víctima, así como la reiteración de los mismos, considera que no menoscaban la integridad moral de la adolescente. Por este motivo, las tres menores fueron absueltas de la acusación de acoso tras la vista celebrada en el Juzgado de Menores de Oviedo a mediados del pasado mes de enero.

La letrada que defendía los intereses de la víctima, Belén González González, no está de acuerdo con esta sentencia y ha presentado un recurso ante la sección segunda de la Audiencia Provincial, que someterá a revisión la decisión del Juzgado de Menores el próximo 23 de abril. La letrada resaltó lo paradójico de que "la sentencia reconozca que se produjeron los hechos denunciados, y, sin embargo, no los considere como acoso". Al parecer, el fiscal de Menores también mostró su disconformidad con la sentencia, aunque decidió no recurrir la absolución.

Tareas educativas

Belén González solicitaba que las menores acosadoras fuesen condenadas a realizar tareas educativas, con el fin de que cobrasen conciencia de lo inadecuado de su actitud. Alguna de ellas ha presentado otros problemas de conducta. "Al menos que haya un reproche, para que no continúen haciéndolo", añadió la letrada. Y es que, casos de este tipo, indicó, pueden terminar en el suicidio de un adolescente, como ha ocurrido en otras ocasiones.

La defensa de los menores, a cargo del letrado Jaime García Losa, mantendrá que los hechos no pueden considerarse como acoso. Prefirió no comentar detalle alguno del caso, en atención a que los hechos afectan a menores de edad.

El incremento de los casos de acoso -llegó a haber más de 500 al año- motivó la elaboración de un protocolo por parte del Principado. Los menores tardan de media 13 meses en denunciar la grave situación a la que están sometidos, aunque también es verdad que se terminan denunciando la mitad de los casos, tarde o temprano. Antes, nueve de cada diez situaciones de este tipo quedaban en la oscuridad. La irrupción de las redes sociales y los smartphones han disparado el acoso.