La Sección Segunda de la Audiencia Provincial revisa el caso de las tres menores absueltas de acoso a una compañera a la que insultaron llamándola "sindi" (sufre una enfermedad congénita que le impide tener todas las piezas dentales), "sidosa" y "calva", y que, según los denunciantes, dejaron pintadas en la pista de skate de Llanes en las que se decía "la chupaba sin dientes", junto a su dirección de Twitter. La jueza de menores de Oviedo consideró que los hechos no podían ser considerados como acoso y las absolvió el pasado enero. La acusación particular, ejercida por la madre de la menor acosada, reclama que las tres adolescentes sean condenadas a la realización de labores socioeducativas, así como al pago de una indemnización.
Los hechos se remontan a los meses de septiembre y octubre de 2017, cuando las menores insultaron a la joven, tal como se señala en los hechos probados de la sentencia del Juzgado de menores. Aunque la magistrada reconoce que los insultos existieron, "no se ha acreditado que estos hechos supusieran un trato degradante ni que menoscabaran gravemente la integridad moral de la denunciante", ni tampoco admite que se tratase de un acoso, dado que las acusadas no persiguieron ni buscaron a la menor. Por otro lado, no halló pruebas de que hubiesen sido las menores acusadas quienes realizaron las pintadas en la pista de skate, situada en pleno centro de Llanes.
En el fallo, la jueza establecía que "no se ha probado la gravedad y entidad" de los insultos, considerados como "injurias leves, ahora despenalizadas". Y en cuanto al "impacto emocional que haya podido causar, parece algo impreciso, no siendo claro el grado de incidencia en la denunciante, pues se solapa una situación previa de trastorno psicológico". Según la acusación particular, la menor tuvo que someterse a tratamiento psicológico a consecuencia de estos hechos, aunque en la actualidad ha superado todo el asunto.
El director del Instituto de Llanes, que declaró en el juicio anterior, aseguró que los profesores, al conocer la denuncia, hicieron un seguimiento "visual" de los alumnos implicados, sin que se detectase ningún problema. Alguna de las menores acusadas formó parte de un grupo de whatsapp bajo el epígrafe "Niñas suicidas", con nicks asociados a graves trastornos mentales y de conducta, y en el que se animaban a autolesionarse.
