Un octogenario recibió ayer una paliza al negarse a entregar dinero a dos desconocidos que pretendían robarle en la localidad piloñesa de Biedes. Los hechos ocurrieron pasadas las nueve de la mañana, cuando el hombre, que reside habitualmente en Infiesto, se trasladó caminando a una finca que tiene en Biedes, donde suele cuidar de una huerta y de varios animales.

Fue entonces cuando dos varones de unos treinta y cinco o cuarenta años de edad supuestamente le abordaron y comenzaron a pedirle el dinero que llevase encima. El octogenario les habría asegurado que no llevaba ­billetes con él, lo que habría motivado que le proporcionaran múltiples golpes y patadas, hasta dejarlo tirado en el suelo semiinconsciente.

Nadie escuchó sus gritos de auxilio, ya que los dueños de la única casa que permanece habitada en el barrio de La Canal -que se encuentra un poco apartado del núcleo poblacional de Biedes- estaban a esas horas fuera de la vivienda, trabajando.

Cuando el afectado consiguió sobreponerse al ataque, acudió por su propios medios al centro de salud de Infiesto, donde recibió atención médica y donde varios testigos le vieron entrar “hecho un desastre”, poco antes de las doce del mediodía.

Muchos dolores

“Decía que tenía muchos dolores, que le habían dado muchas patadas y que no sabía cuánto tiempo había estado tirado en el suelo hasta que pudo levantarse”, explicaron ayer usuarios del centro médico piloñés.

El ataque fue puesto en conocimiento de la Guardia Civil -que precisamente tiene en Biedes un cuartel-, que ha abierto una investigación para localizar a los autores del brutal ataque al anciano. A comienzos del presente año ya se registró una oleada de robos en el núcleo piloñés de Montecoya, cuando los cacos sustrajeron varios aperos de labranza, aunque sin llegar a emplear la violencia con los vecinos como en el presente caso. Este tipo de agresiones genera un gran malestar entre los vecinos de la aislada zona rural.

Los datos

Agresión. El octogenario, que reside habitualmente en Infiesto, se dirigió a las nueve de la mañana a Biedes, donde cuida de una huerta y de varios animales. Dos individuos le pidieron entonces dinero y al decirles que no llevaba nada encima, le golpearon de forma brutal, dejándolo tirado en el suelo.

Asistencia. Tras permanecer un tiempo semiinconsciente, el hombre pudo desplazarse por sus propios medios al centro de salud de Infiesto, donde fue asistido.