Fueron minutos de auténtico pavor en la A8, la autovía del Cantábrico, desde Valdés hasta su integración en la llamada autopista "Y", ya en la comarca avilesina, y llegando al concejo de Gijón, justo a la altura de la bifurcación para dirigirse hacia Oviedo o Gijón. Allí terminó el camino del terror del kamikaze que encendió todas las alarmas ayer en Asturias hasta que finalmente se estrelló, perdiendo la vida y dejando cinco heridos de diferente consideración.

En total, 17 minutos que transcurrieron desde el primer aviso que recibe el 112 de la presencia de un kamikaze en la A8 a la altura del punto kilométrico 448, en la zona del túnel de Ribón, en el concejo de Valdés. A partir de ahí llegó un reguero de llamadas al 112, a medida que el kamikaze, de 52 años, iba sembrando el miedo entre los conductores que circulaban en sentido Galicia, muchos de los cuales tuvieron que esquivarle. Esos 17 minutos acabaron una vez que pasó por los términos municipales de Cudillero y Pravia y por la comarca avilesina. Su carrera del terror terminó en tragedia ya en la parroquia gijonesa de Serín.

Fue en el punto kilométrico 392,4 de la autovía del Cantábrico (A8), más de 55 kilómetros después del primer aviso al 112, donde sufrió el accidente. Impactó con un primer vehículo. Y luego, una vez ya accidentado, se estrelló contra él otro coche que circulaba hacia Avilés. El propio kamikaze falleció y, fruto de su terrible carrera (los testigos refieren que circulaba a cerca de 200 kilómetros por hora), dejó cinco heridos.

Las imágenes del brutal accidente causado por el kamikaze de Asturias