El cadáver de Héctor Moreno Urbano, el niño de 3 años fallecido anteayer, martes, a consecuencia del grave traumatismo craneal sufrido un día antes al caer desde seis metros a la entrada de la santa gruta de Covadonga, fue trasladado en la tarde de ayer a Zaragoza para su entierro, acompañado de sus progenitores. El padre del niño, David Moreno Arnas, es director de la consultora Inverpoint y vicepresidente de la Asociación de Franquiciadores de Aragón. Estaba previsto que el cuerpo quedase depositado pasadas las diez de la noche en la capilla ardiente del tanatorio municipal del cementerio de Torrero, el principal de la capital aragonesa.
Tras el fallecimiento del menor, los padres del pequeño decidieron donar sus órganos, para que de esta forma diese vida a otros niños. Los progenitores se despidieron en la tarde del martes de la hermana del pequeño, a la que dejaron a cargo de unos allegados. Vestían las ropas deportivas que llevaban cuando se produjo el fatal accidente.
Ya en la mañana del martes supieron que el estado de Héctor era crítico y había pocas posibilidades de que sobreviviese al grave traumatismo sufrido. El fallecimiento se produjo a la una de la tarde. Los padres estuvieron presentes, según indicaron otras familias que habían entrado en la UCI Pediátrica del HUCA para ver a sus pequeños.
Horas después del óbito, los padres se mostraban devastados por el fallecimiento del pequeño. "Hemos dejado aquí a una persona", dijeron, profundamente conmovidos. En sus ojos se reflejaban las lágrimas y el cansancio acumulados durante 18 horas de angustia.
El fallecimiento de Héctor ha causado una honda consternación en Asturias, comenzando por el propio arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, quien dijo, a través de Twitter, estar "conmovido y sin palabras" por la desgracia ocurrida. El consejero de Sanidad, Pablo Ignacio Fernández, visitó también a los padres en la mañana del martes. Las muestras de solidaridad con la familia del pequeño han inundado las redes sociales.
