Un crimen brutal y sin autor identificado. La Policía Nacional investiga la muerte de una mujer transexual, de 38 años y nacionalidad brasileña, tras haber recibido, como poco, quince puñaladas en una casa de citas de la popular calle avilesina de La Cámara. Respondía al nombre de Paloma. El agresor se ensañó con la víctima, a tenor de las primeras indagaciones. Le propinó las puñaladas tanto por la parte delantera del cuerpo como por la posterior. Los investigadores no descartan que se trate de un crimen pasional, aunque tampoco está en absoluto descartado que el responsable fuera cliente de la víctima. Todas las posibilidades están abiertas. El cuerpo fue hallado por una mujer que iba a limpiar el piso.

Según las primeras hipótesis, la agresión no ocurrió ayer por la tarde. El cadáver llevaba, al menos, un día en el interior del inmueble, situado en el número 62 de la calle La Cámara, una de las principales vías de la ciudad. La víctima no residía en la casa, ubicada en la puerta izquierda de la séptima planta y que, según fuentes vecinales, es usada por personas que, presumiblemente, ejercen la prostitución. Según ha podido saber este periódico, la mujer había alquilado una de las habitaciones días antes en compañía de un varón.

Según fuentes consultadas, si el homicida se tratara de un cliente, el delito al que se podría enfrentar sería de odio. Sin embargo, en el caso de que el agresor fuera su pareja, el delito sería de violencia de género porque la víctima es un mujer transexual.

El hallazgo del cuerpo de Paloma ocurrió hacia las cuatro de la tarde. Una mujer que acudía al piso a realizar labores de limpieza se encontró de bruces con la aterradora escena: una persona apuñalada en más de quince ocasiones. Tan pronto como pudo reponerse tras contemplar el escenario, la empleada del hogar telefoneó a la Policía Nacional. En ese mismo momento comenzó la investigación para determinar la causa exacta de la muerte y detener al agresor o agresores.

Varios coches patrulla peinaron la zona minutos después de la llamada con la intención de dar con el paradero del agresor. No hubo suerte. Por el momento, los agentes de la Policía Nacional no han detenido a ninguna persona vinculada con el homicidio de la brasileña de 38 años.

La brutalidad de la agresión, con múltiples heridas en varias partes del cuerpo, movilizó a investigadores de las comisarías de Gijón y Oviedo. Especialistas de la Policía científica y de la judicial pasaron más de cuatro horas en el escenario del crimen tomando huellas e intentando encontrar alguna prueba que les diera pistas sobre el agresor y su posible paradero. Es más, varios agentes vestidos de paisano llegaron a investigar en el interior de, al menos, cuatro contenedores, los más próximos al portal número 62 de la calle de La Cámara.

Por lo que ha trascendido de la investigación, los agentes de la Policía Nacional no obtuvieron prueba alguna en esos contenedores. Tampoco ha trascendido si el autor o autores del crimen se llevaron el arma blanca que usó para acabar con la vida de Paloma.

Hasta el escenario del homicidio también se acercó el comisario de la Policía Nacional en Avilés, Gregorio Valverde Verdugo, entre otros altos mandos de las fuerzas de seguridad del Estado a nivel regional.

Con el suceso de ayer en la calle La Cámara, los autores de los últimos tres crímenes ocurridos en Avilés están sin detener. A los dos ocurridos en el barrio de El Cruce, en Llaranes, hay que sumar ahora el homicidio de la mujer transexual.

El primero de esta trágica lista fue el también apuñalamiento del dominicano Daniel Capellán, el 25 noviembre de 2017, y el segundo, la paliza que resultó ser mortal para Julio Fernández, el pasado 17 de julio.

Según los investigadores del asesinato de Daniel Capellán, el crimen fue perpetrado por el novio de su hermana, que era residente en Bélgica y con el que había estado de fiesta de madrugada en Gijón. Presuntamente, tras una fuerte discusión en un bar del Cruce, el cuñado, también de origen dominicano, asestó varias puñaladas a Capellán, quitándole la vida.

Tras apuñalar hasta la muerte a Capellán, el supuesto asesino abandonó la escena del crimen a pie, en dirección a Trasona. Semanas después, su rastro llevó a los investigadores a Bélgica, desde donde se cree que llegó a la República Dominicana. Recientemente, familiares de la víctima aseguraron que les había llegado la información de allegados que residen en el país caribeño de que el fugado había vuelto a cambiar de país de residencia.

Más claro parece estar el relato del suceso que acabó con la muerte de Julio Fernández. Según testigos, Fernández fue apaleado por varios hombres junto a un portal de la avenida de Gijón, también en El Cruce de Llaranes. La paliza concluyó con un fuerte golpe, que dejó gravemente herido a la víctima, y que precedió a la huida de los implicados.

El agredido fue trasladado entonces al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) donde falleció semanas después, a finales de agosto. Los indicios apuntan a que quien le dio el "golpe de gracia" a Fernández fue L. B. Dado el origen portugués del principal sospechoso, los agentes han llevado la búsqueda más allá de las fronteras españolas.

El tercer crimen en Avilés sin autor detenido es el de la transexual brasileña Paloma. Desde ayer, se busca al criminal.