E. R. F., la canguesa de 63 años acusada de sacar a la anciana que cuidaba, de 83, más de 9.000 euros, negó ayer haberse quedado el dinero y apuntó a que fue la mujer mayor, ya fallecida, la que gastaba sin control: "Se lo gastaba ella. Tenía mucha vida social, salía a comer, a la peluquería, se compraba potingues". La hermana de la acusada abundó: "Yo la encontraba por las terrazas de fiesta, era muy de limosnas a la Virgen del Carmen y a los pobres". En febrero de 2016, cuando la hija de la víctima se dio cuenta de que su madre tenía la cuenta en números rojos, convocó a la cuidadora y le hizo firmar un documento por el que reconocía la deuda. Ahora, la acusada dice que la "coaccionaron". El fiscal mantuvo su petición de dos años y cuatro meses de cárcel por apropiación, o dos años y dos meses por hurto y apropiación.