El fiscal acaba de presentar su escrito de acusación por el crimen de La Felguera, el asesinato a tiros de Iván Castro, perpetrado en un garaje en la tarde del 7 de diciembre de 2017. Pide penas que suman 54 años de prisión para los dos presuntos autores, el taxista portugués Nelson Dos Anjos y la que era novia de la víctima, Marta Rama, por los delitos de asesinato y tenencia ilícita de armas. Por el primer delito solicita 25 años de prisión a cada uno, dos por el segundo. Ahora presentarán sus peticiones la acusación particular que ejerce la familia de la víctima, bajo la dirección letrada de Ángel Bernal -que solicitará el máximo- y las defensas. El juicio, por jurado, será en pocas semanas.

Nelson Dos Anjos, defendido por el letrado José Manuel Fernández González, reconoció haber realizado los disparos que acabaron con la vida de Iván Castro, aunque también indica que todo fue planeado por Marta Rama, con la que mantenía una relación y con la que se fue a vivir a Oviedo poco después del asesinato. El arma, una pistola antigua, de la época de la Guerra Civil, no ha sido encontrada. La mujer niega, por su parte, que planease el crimen y sostiene que este fue iniciativa del taxista.

Intento previo

En su declaración, Dos Anjos indicó cómo había realizado un intento previo, uno o dos días antes del crimen, que no salió bien. El autor material del crimen contó con la información facilitada para la mujer para tender la trampa a Iván Castro, una persona que salía poco de casa. Ella, por su parte, intentó apartarse de La Felguera el día del asesinato, quedando con una amiga en Oviedo. La mujer trató de desviar inicialmente la atención de la Policía hacia un asunto relacionado con el tráfico de drogas. La persona a la que había ido a ver esa tarde Iván Castro estaba relacionada con ese submundo, pero los agentes descartaron rápidamente esa vía.

La actitud extraña de la novia tras el crimen atrajo las sospechas de los investigadores. No solo rompió cualquier relación con la familia del asesinado, sino que terminó yéndose a vivir con Dos Anjos a Oviedo. Los agentes establecieron un sistema de escuchas que les permitía acceder a las conversaciones de los sospechosos, que finalmente terminaron cometiendo un desliz que permitió a la Policía relacionarlos con el crimen. Dos Anjos terminó admitiendo el crimen y aportando todos los detalles a las fuerzas de seguridad y en el Juzgado de instrucción.

El autor material del crimen envió cartas a la madre y el hermano de la víctima pidiendo perdón y mostrando su arrepentimiento. "Me dejé comer la cabeza", indicaba en ellas. También ponía sus bienes a disposición de la familia. La madre de la víctima, Puri Castro, respondió a los investigados con otra dura carta: "Tenéis el corazón negro".