La Policía Nacional busca a los ladrones que el pasado martes por la noche asaltaron una cafetería situada en el Polígono de Pumarín de Gijón. Las primeras investigaciones apuntan a que detrás de estos hechos podrían situarse los miembros de la "banda del Seat", que en las últimas semanas han protagonizado varios asaltos violentos en todo el Principado. En este caso la víctima fue el responsable de un bar de la calle Puerto de Cerredo, que todavía ayer mostraba desperfectos en una de sus cristaleras. Según los empleados del local, el bar Antroxu, los cacos se limitaron a reventar el vidrio y forzar las máquinas tragaperras para llevarse la recaudación, dejando intacto el resto de la cafetería. Fue un atraco que apenas duró unos minutos, aunque se espera que las grabaciones de seguridad puedan ayudar a dar con los responsables.

El "modus operandi" de este asalto fue el mismo que los que lleva a cabo la "banda del Seat": cometieron el robo en menos de un minuto, fueron directos a por la máquina de apuestas y fracturaron el cristal de la puerta con un objeto contundente, que en este caso podría haber sido una alcantarilla. Se da la circunstancia de que esa misma noche la banda también había actuado en Oviedo, cuando un grupo de cinco varones encapuchados utilizaron un Seat León de color amarillo (robado apenas 24 antes en la localidad gozoniega de Zeluán) para entrar en dos bares de Ciudad Naranco y otro de La Corredoria, así como en la gasolinera de Cuyences, situada en el enlace de la autovía AS-II, en menos de dos horas. Sin embargo, parece que el coche utilizado en el asalto de Gijón era también un modelo de la marca Seat, pero de color gris.

La vertiginosa actuación puede complicar la investigación de los agentes de la Policía Nacional, que registraron durante horas el bar Antroxu en busca de pruebas y que parece que se centrarán, ahora, en las grabaciones de seguridad del establecimiento.

Atraco y falsa alarma

Se da la casualidad de que la cafetería gijonesa afectada está situada en la misma calle que este jueves fue testigo de una de las mayores intervenciones policiales recientes conocidas en el barrio. Un varón había llamado a Emergencias alertando de que había apuñalado a su hermano tras una discusión, dando la dirección de un portal situado al otro lado de la acera del establecimiento atracado. Resultó ser una falsa alarma, probablemente obra de algún bromista o una táctica de distracción para cometer un acto delictivo en otra parte de la ciudad, pero como la calle es bastante corta y está llena de pequeños bares y comercios, la comunidad era ayer un nido de rumores. Los agentes habían temido en un primer momento que el alertante se hubiese equivocado de portal, así que picaron en varias casas y hablaron con multitud de vecinos, haciendo preguntas muy concretas. En el propio bar Antroxu, varios clientes y buena parte del personal todavía creían ayer que algún vecino del barrio había asesinado a su hermano frente a la farmacia.