Más de un centenar de incendios arden en la costa este de Australia, varios de ellos en la periferia de Sidney, que ayer se vio afectada por una espesa capa de humo que obligó a cancelar eventos deportivos previstos durante el fin de semana. Muchos de los habitantes de la metrópoli australiana, la ciudad más poblada de la nación oceánica, salieron a las calles cubriendo sus caras con máscaras para protegerse de la contaminación. Las autoridades achacan a la crisis climática la ferocidad de los fuegos que arrasan el país.