Pilar Morís Álvarez, la mujer de 90 años que falleció en la madrugada de la pasada Nochebuena a causa de un incendio en el domicilio de su hija, en la localidad maliayesa de Castiello de la Marina, lo hizo en la cama, por inhalación de humo y sin posibilidad de escapar. Así se lo transmitieron los trabajadores del servicio de Emergencias a los familiares de la fallecida.

Según ha podido saber este periódico, para cuando la hija de la fallecida y su pareja se despertaron de madrugada a causa del fuego originado en el cuadro eléctrico situado en la entrada de la casa, la nonagenaria "ya se encontraba fallecida", por lo que no pudieron hacer nada para salvarla. Únicamente tuvieron opción de ponerse ellos a salvo y lo hicieron descolgándose por una de las ventanas del domicilio.

Cuando los servicios de Emergencias llegaron al lugar de los hechos solo pudieron certificar la muerte de la mujer y recuperar su cadáver del interior de la casa. Se da la circunstancia, además, de que la fallecida acudía a casa de su hija solo tres noches al año: Nochebuena, Nochevieja y el día del Pilar, su santo. Desde que se había casado vivía en Gijón y visitaba a su hija en esas contadas ocasiones, por lo que no era muy conocida en la localidad maliayesa.

La fallecida, según explican desde su entorno, se encontraba en una buena condición física. Acostumbraba a caminar casi a diario, tenía una "agilidad envidiable" para su edad. Precisamente por eso, desde su entorno más cercano lamentan que el suceso haya tenido lugar de madrugada, cuando Morís se encontraba en la cama durmiendo. De haber sido a otra hora del día, quizá sí que pudiera haberse puesto a salvo junto a su hija y la pareja de esta, que únicamente tuvieron que ser atendidos por inhalación de humo. Ella tuvo que ser derivada a un centro médico y a él se le dio el alta en el lugar de los hechos.