La titular del Juzgado de Instrucción Nº 9 de Murcia, en funciones de guardia, decretaba este sábado la libertad provisional con cargos de los tres detenidos por violar a tres hermanas en Nochevieja.

En su declaración, como ya hicieron ante la Policía Nacional, los sospechosos insistieron en que son inocentes. Admitieron que conocieron a las jóvenes en un pub y dijeron que se fueron con ellas, pero aseguran que no las agredieron sexualmente.

Dos amigos de Mohamed, uno de los acusados, han esperado durante horas en la puerta trasera del Juzgado de Guardia, para recibir al joven. Ellos, de origen danés, confían en la inocencia de su allegado, con el cual llegaron a vivir durante dos años.

La prisión preventiva, como toda medida cautelar, se rige por una serie de requisitos. Para que desde el Juzgado de Guardia se mande a alguien a prisión provisional (lo que implica que ha de permanecer en la cárcel a la espera de que salga su juicio), primero ha de pedirlo la Fiscalía. En concreto, esto está contemplado en los artículos 502 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que regulan cuándo procede imponer una prisión provisional.

Las víctimas, por su parte, son norteamericanas y se marcharon de España horas después del ataque, por lo que no han prestado declaración aún en sede judicial. Los investigadores se mantienen en contacto con ellas y con la embajada estadounidense, y es probable que más adelante sean requeridas para testificar (son víctimas y, a la vez, testigos), bien regresando a Murcia o, si se autoriza, por videoconferencia.

La investigación policial arrancó después de que tres hermanas, de 18, 20 y 23 años, denunciasen en Año Nuevo que tres sujetos a los que conocieron la noche antes, en las celebraciones para recibir al recién llegado 2020, las habían agredido sexualmente.