La Guardia Civil ya dispone de seis testimonios de otras tantas mujeres que sobrevivieron a encuentros sexuales con Jorge Ignacio P. J., el presunto asesino de Marta Calvo, y todas coinciden en señalar que el acusado les introdujo cocaína en los genitales en contra de su voluntad, en lo que se perfila cada vez más como el modus operandi de un posible homicida en serie o, como mínimo, de un depredador sexual que acumularía tres muertes hasta el momento: la de la joven valenciana desaparecida desde el pasado 7 de noviembre, la de la brasileña Arliene Ramos, fallecida el 3 de abril pasado, y la de la colombiana Lady Marcela Vargas, el 15 de junio del año pasado.

Y no son las únicas supervivientes. Los investigadores del grupo conjunto de Homicidios integrado por agentes de la sección de delitos contra las personas de la Guardia Civil de Valencia y del mismo departamento de la UCO han localizado a otras mujeres con testimonios coincidentes, pero que no han querido dar el paso de declarar oficialmente por temor. Todas las que han declinado, de momento, prestar declaración con nombre y apellidos son extranjeras en situación irregular, según las fuentes a las que ha tenido acceso Levante-EMV.

En las primeras semanas de investigación, los agentes tenían localizadas a tres mujeres, las tres españolas, que prestaron declaración y relataron cómo se zafaron del presunto asesino de Marta. La difusión de la imagen de Jorge Ignacio P. J., de 37 años de edad, tanto en las páginas de este diario como en la mayoría de medios de comunicación escritos, en publicaciones digitales y en cadenas de televisión hizo que varias mujeres reconocieran al hombre que las había sometido a prácticas sexuales de riesgo no pactadas ni consentidas, y que se pusieran en contacto con la Guardia Civil.

Los testimonios de las dos primeras salieron a la luz coincidiendo con el levantamiento parcial del secreto que pesa sobre las actuaciones, que ordenó la jueza que dirige la investigación, titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Alzira, el pasado 10 de diciembre, el mismo día que ratificó la prisión provisional para el sospechoso.

Sin embargo, la magistrada mantiene el secreto sobre otra parte del procedimiento judicial, precisamente en el que se están incluyendo esos nuevos testimonios, por lo que su contenido exacto aún no ha trascendido, pero según las fuentes jurídicas consultadas va en el mismo sentido que el de las anteriores, por lo que será fundamental para apuntalar una acusación conjunta contra el sospechoso, en el que se incluyan las tres muertes y cuantos ataques (seis, de momento) consigan acreditar los investigadores.

La incesante búsqueda del cuerpo

Mientras, el resto de agentes implicados en el caso continúan la incesante búsqueda del cuerpo de la Marta Calvo entre las toneladas de basura acumuladas en el vertedero de Dos Aguas desde el pasado 9 de noviembre, un día después de que confesara haber descuartizado y diseminado los restos en contenedores de Alzira y Silla. Y son los supuestamente arrojados en este segundo municipio los que están recibiendo toda la atención de los investigadores. Siguiendo el tránsito de los contenedores señalados por Jorge Ignacio P. J., las bolsas arrojadas en Silla debieron ir a parar a la planta de tratamiento de Hornillos, en Quart de Poblet. Una vez reciclados los vertidos que tienen reaprovechamiento, el resto es enviado al vertedero de Dos Aguas, donde camiones y excavadoras amontonan por capas, separadas entre sí por tierra, los desechos, que son prensados creando una auténtica montaña de detritus.

Y es ahí donde busca la Guardia Civil. Para que quien lea esto pueda hacerse una idea, a partir de las rutas y las fechas fijadas, los responsables del vertedero señalaron como lugar probable del enterramiento de esos restos una porción determinada que tiene 15 metros de anchura, por 75 de longitud y 7 de profundidad. En términos volumétricos, casi 8.000 metros cúbicos de basura compactada entre capas de tierra. En otras palabras: más de tres piscinas olímpicas llenas de desechos compactados.

De momento, la Guardia Civil, cuyos agentes trabajan cada día sin descanso -solo han parado en Navidad, Año Nuevo y Reyes-, ha analizado más de la mitad del espacio fijado como objetivo, pero aún tiene pendiente rastrear el equivalente a una piscina olímpica y media, esto es, unos 3.675 metros cúbicos de basuras, por lo que está previsto alargar la búsqueda al menos tres semanas más si se mantiene el ritmo actual.

Los rastreos empezaron el 18 de diciembre. Desde entonces, ha habido 23 días de trabajo ininterrumpido, salvo el obligado parón de los festivos navideños y el impuesto durante 24 horas por el vendaval que azotó la zona entre el 21 y el 22 de diciembre.

Por tanto, quedarían tres semanas más de trabajo, como mínimo, ya que ese periodo podría verse alargado porque en este momento también se ha visto reducido el número de guardias que fueron destinados a esa tarea en las primeras semanas, con el fin de poder cumplir con los necesarios turnos de descanso que fija la ley de personal del instituto armado. Así las cosas, los investigadores mantienen viva la esperanza de poder encontrar algún resto de la joven que permita llevar un poco de descanso a su familia.