Ocho de los doce acusados de pertenecer a una de las mayores tramas de narcotráfico que operaban entre Asturias, con droga procedente de Galicia y Madrid, negaron ayer que se dedicaran al tráfico de drogas. Eso sí, todos ellos declararon consumir cocaína y hachís desde que tenían 14 y 15 años. Es más, incluso negaron que se conocieran entre ellos, excepto entre dos que simplemente "eran conocidos".

Otros cuatro de los doce acusados pactaron ayer con la Fiscalía, lo que supuso reconocer que se dedicaron al tráfico de estupefacientes. Tres de ellos serán condenados a dos años de prisión a sustituir por una multa con una cuota diaria de 4 euros, mientras que para el otro la pena acordada será de un año y dos meses y una multa de 2.700 euros La Fiscalía solicitaba para los doce acusados casi un siglo de prisión en total por delitos contra la salud pública, pertenencia a grupo criminal y en algún caso también por tenencia ilícita de armas.

La Audiencia Provincial de Oviedo acogió ayer la primera sesión del juicio contra esta supuesta organización dirigida desde Carraspientes (Mieres). El relato de la investigación y la intervención de la Guardia Civil en la "operación Petra" para su desarticulación es propio de un guion de película. Sin embargo, lo que se vio ayer en el juicio se quedó muy lejos. El presunto cabecilla tomaba las "decisiones principales" sobre la adquisición y distribución de estupefacientes, que realizaba en Oviedo y en una vivienda de la localidad mierense. En la misma se "cocían" los negocios con la droga: allí se encontraba con proveedores y allí se producía la entrega de estupefacientes. Era una casa de "difícil acceso y vigilancia", desde donde se orquestó toda una trama de narcotráfico. Las investigaciones culminaron con una operación en la que la Guardia Civil incautó más de siete kilos de cocaína, armas, coches, y hasta una bolsa con 245.900 euros que enterraron a 400 metros de la vivienda.

Todos los acusados negaron no solo que se dedicaran al tráfico de drogas, sino incluso que se conocieran, salvo dos de ellos. Y todos aseguraron que consumían droga, principalmente cocaína y hachís, desde los 14 y 15 años y que están a tratamiento.

La práctica totalidad de los acusados únicamente respondieron a las preguntas de sus abogados, que fueron de carácter personal y sin que se hablara de la presunta organización o que tuvieran conocimiento de ello. Declinaron así contestar a la Fiscalía.

Los letrados de las defensas solicitaron la incompetencia de la Audiencia Provincial de Oviedo para juzgar los hechos, al entender que se habían producido entre Asturias, Galicia y Madrid, por lo que al ser un presunto delito de narcotráfico en varias comunidades autónomas, la causa debería ser trasladada a la Audiencia Nacional. Una teoría que rechazó la Fiscalía, y que ratificó la Sala, porque con independencia "de la itinerancia de la droga, los hechos se circunscribían a Asturias", que fue donde se realizó la investigación y realizaron las incautaciones de drogas, dinero y armas.