La intervención de los teléfonos móviles fue fundamental para capturar a los presuntos integrantes de la supuesta organización de narcotraficantes asturianos y gallegos que operaba desde Carraspientes (Mieres). La Audiencia Provincial acogió ayer la segunda sesión del juicio, en la que el inspector instructor de las investigaciones apuntó a J. A. P. F. como jefe de la organización en Asturias, mientras que D. C. lo era de los gallegos.

El inspector relató cómo se desarrolló la bautizada como "operación Petra", cómo practicaron los seguimientos e interceptaron un "pase" de siete kilos de cocaína y practicaron las detenciones. J. A. P. F. y su "segundo", J. P. F, del que dijo que consideraban un "mero intermediario", trataron de huir por una pista cuyo mal estado les obligó a abandonar el vehículo y continuar a pie, dejando atrás una máquina de contar dinero.

También relató que encontraron una huella de D. C. en uno de los paquetes de cocaína, y que J. A. P. F. se deshizo de una bolsa de deporte antes de huir de los agentes en la que escondía 250.000 euros, seis móviles -uno de ellos intervenido- y una pistola. En la bolsa que envolvía el dinero encontraron sus huellas.

Las conversaciones mantenidas entre los supuestos integrantes de la presunta red de narcotraficantes fueron claves para su desmantelamiento. Los abogados se esforzaron en intentar demostrar que las escuchas deberían ser anuladas porque los "pinchazos" de los teléfonos se iniciaron sin autorización judicial, lo que fue refutado por el inspector. Las testificales continuarán el martes.