La abuela propició que su nieta pudiera reencontrarse con su padre biológico, residente en la Península. Tras contactar con él y su familia en las redes sociales, el progenitor se desplazó a Mallorca y convivió con ellos en Inca. Sin embargo, durante su estancia presuntamente violó a su hija, de 15 años, en varias ocasiones y le pidió que le enviara fotos desnuda. El fiscal pide para el procesado 16 años de cárcel: 15 por agresión sexual continuada a una menor de 16 años y un año por 'Sexting' a través del móvil para que le enviara fotos desnuda.

Los hechos ocurrieron entre el 14 de agosto y el 3 de septiembre en Inca. La menor de 15 años convivía allí con su abuela materna y le había expresado su deseo de conocer a su padre biológico.

A continuación, la abuela accedió a la petición de su nieta y contactó con la familia de su progenitor, que se encontraba en la Península. Estos accedieron y crearon un grupo de Whatssapp para comunicarse entre tanto.

Chantaje a la menor

Sobre el mes de junio de 2017, el padre se trasladó a Mallorca para conocer personalmente a su hija. La abuela le invitó a convivir con ellos una vez que se mudaran de domicilio.

En primer término, el comportamiento del padre con su hija era normal y no despertaba sospechas. Con el paso de los días, su actitud fue completamente distinta. Así, siempre que estaban a solas el progenitor comenzó a dar besos en la boca a la menor para ganarse su confianza. Ya le anunció entonces que iba a hacer algo que era "normal" entre padre e hija.

Unas tres semanas antes de que abandonara la isla, el progenitor, cuando paseaba a los perros, obligó a su hija a entrar en una casa abandonada. Ante la oposición de la menor, le dio unos pequeños empujones. Aunque ella quería salir, el adulto se lo impidió.

En un momento, dado, el padre apoyó a su hija contra la pared y le hizo apoyar las manos en la pared. A continuación, le bajó los leggings y las bragas y la penetró. Entonces desvirgó a la menor.

A partir de este instante, el progenitor comenzó a chantajear a su hija. Le dijo que si comentaba lo ocurrido nadie la creería y le echaría la culpa a ella. También la amenazó con que sería internada en un correccional si contaba lo que pasó. El padre tuvo varios encuentros sexuales con la menor, pese a la oposición de esta.

Una vez que el progenitor abandonó la isla, mantuvo contacto con su hija a través del Whatssapp del teléfono de la abuela, que usaba la menor. La coaccionó para que le enviara fotos de ella desnuda. Finalmente, la abuela denunció lo ocurrido al ver las fotos.

El juicio contra el padre por la presunta agresión sexual continuada a su hijo se celebra la semana próxima en la Audiencia Provincial.