Borja Vidal, el leonés investigado en relación al crimen de Sheila Barrero, asesinada hace 16 años en el Alto de la Collada, en Degaña, respira "tranquilo" tras el auto que archiva provisionalmente las diligencias abiertas en el Juzgado de Cangas del Narcea, según indicó su letrado, Pedro González Álvarez. "Fue un sobresalto saber que estaba siendo investigado sin que se le hubiese comunicado", añadió el letrado, quien afirmó que, en todo esto, "se ha querido fabricar un falso culpable".

González se felicitó por el hecho de que la magistrada Silvia Fernández haya profundizado aún más en aspectos como las muestras de ADN o el casquillo de bala hallado en el coche de Sheila Barrero -un día después del hallazgo del cuerpo-, así como en los errores de la instrucción policial. Por ejemplo, indicó el letrado, no se tomaron muestras de pisadas ni de marcas de vehículos. Muy posiblemente por el hecho de que, inicialmente, se creía que la joven había muerto a consecuencia de una pedrada.

Insistió en su tesis de que la muerte de Sheila Barrero fue "un ajusticiamiento, una ejecución, que casa muy mal con la posibilidad de un crimen de género". González llamó la atención sobre el hecho, que remarca la magistrada, de que no se haya identificado un móvil para el crimen. Y asume que habrá recurso y que la Audiencia tendrá la última palabra sobre este caso. "Es prácticamente imposible que esto llegue a juicio, pero si llegase para mí sería una bicoca porque acabaría en absolución, como ya dijo en su día el fiscal jefe Gerardo Herrero (ya fallecido)", sentenció el letrado.