El Carmín de la Pola de 2018 fue muy reivindicativo. Estaba demasiado reciente el escándalo de "la Manada" de Pamplona y se pretendía evitar agresiones sexuales en las fiestas de prao. Por ello se repartieron camisetas y pegatinas en las que se exigía "tolerancia cero" a este tipo de delitos, y "fiestas sin agresiones machistas". Fue precisamente en esa edición cuando un joven fue denunciado por una menor por violarla en las inmediaciones del prao de La Sobatiella, donde se celebraba la popular fiesta polesa.

El joven acusado se sienta en el banquillo de la sección segunda de la Audiencia Provincial el próximo día 18. La Fiscalía pide para él la pena de seis años de prisión por unos hechos ocurridos en la noche del 23 de julio de 2018. El procesado -nacido en 1999, y que por lo tanto tenía 19 años-, se encontraba con sus amigos en La Sobatiella. En una zona próxima estaba también la víctima, una menor de edad nacida en 2001 -tenía 17 años-, con un grupo de amigas.

El procesado y la chica trabaron contacto, iniciaron una conversación y se besaron. Al separarse, el procesado le escribió a ella en la camiseta su dirección de Instagram. Al cabo de un rato, ambos volvieron a encontrarse en la fiesta y, tras iniciar una nueva conversación, se volvieron a besar, momento en el que el procesado le pidió que se fueran a un lugar apartado. La menor accedió después de que él le insistiera mucho, siempre según la versión del fiscal.

Solo sexo oral

Ambos tomaron un camino y se pararon en una zona oscura de arbustos (separada unos 20 metros de donde había gente), donde volvieron a besarse, diciéndole el procesado que quería mantener relaciones sexuales, a lo que la menor le contestó que solo accedía a practicar sexo oral, explica el ministerio público.

La joven trató de abandonar el lugar, pero el procesado se lo impidió agarrándola del brazo, momento en el que, al advertir la menor la diferencia de fuerzas, se habría sentido bloqueada y asustada, lo cual sería aprovechado por el procesado para presuntamente agredirla sexualmente, según el fiscal.

Su relato prosigue señalando que él se marchó del lugar, dejando en el suelo a la chica, que le rogó que le ayudase a buscar su teléfono móvil, el cual creía perdido. Tras levantarse y vestirse, la menor se encontró con sus amigos, a quienes contó lo sucedido y llamaron a la Policía.

Aparte de la pena de seis años de cárcel, la Fiscalía solicita, en concepto de responsabilidad civil, que el procesado indemnice a la víctima con 4.500 euros.