Después de dos jornadas frescas y húmedas, las temperaturas se incrementaron ayer en Asturias y volvieron los incendios forestales. Al cierre de esta edición, los Bomberos del SEPA luchaban contra las llamas de un incendio declarado en el monte Tocernal, por encima de las localidades de Talaveru y Benia, en el concejo de Onís. La caída de la noche dificultó las labores de extinción, dirigidas sobre todo a evitar que las llamas afectasen a las edificaciones de la zona.

Ya por la tarde volvió a saltar la alarma en el término de Besapié, en el concejo de Tineo, donde el domingo y el lunes se registró un incendio. A las cuatro y media de esta tarde fueron activados nueve integrantes de la brigada de refuerzo con base en este concejo del Suroccidente, que se desplazaron a la zona a bordo de uno de sus dos helicópteros. Sin embargo, el reinicio de este fuego fue una falsa alarma, y a las cinco de la tarde los efectivos fueron desactivados.

Estamos en plena temporada de incendios. El pasado lunes se registró el ya citado incendio del pico Mulleiroso, entre Besapié y Recorba, en Tineo. El fin de semana anterior, con rachas de viento cercanas a los 130 kilómetros por hora, el fuego afectó a la parroquia de Rellanos, en Tineo; a Herías, en Villayón; a Riopinoso, en Valdés, y a Cutiellos, en Belmonte de Miranda. También hubo un incendio en la localidad de Beronda, en Piloña.

El que afectó a Tineo fue el que más medios de extinción concentró y el que más se aproximó a las poblaciones. De hecho, en los pueblos de Coldobrero y Bullacente las llamas llegaron a afectar a algunas construcciones. En el primero, que fue sofocado por los vecinos, a una cuadra y en el segundo a un pajar y una cuadra.

Y a principios del mes de febrero, debido a las altas temperaturas, llegaron a estar activos una docena de fuegos en la región, principalmente en Tineo, aunque también en Allande, Cangas del Narcea y Sobrescobio.