Consternados y sin apenas poder explicar lo sucedido. Así están los familiares de Juanqui Menéndez, el joven ovetense que murió ayer ahogado poco después delas cuatro de la tarde cuando se daba un baño en el Nalón a su paso por Caces (Oviedo).

Su intención era darse un chapuzón para refrescarse, pero una corriente lo arrastró hasta el fondo de un pozo, de donde trató hasta dos veces salir, y ponerse a salvo sin que su grupo, de unos 20 jóvenes y con los que compartía la jornada de sol, pudiese hacer nada para salvar su vida. El joven tenía el domicilio familiar en La Florida, pero actualmente residía con su abuela en Vallobín. Los vecinos calificaron su pérdida como "un mazazo", pues asegura que era "un chaval estupendo". "Tenía un corazón enorme", aseguraba su madre, María Fermina Marcos, esta tarde sin contener la emoción. "Era como un padre para mi. Siempre me daba consejos", aseguró su hermana. "No se merecía este final", apuntó la hermana del fallecido, Lucía Menéndez. El joven era originario de Tineo, aficionado al motor y a las fiestas de prao. Su abuela, aseguran, era su debilidad.

Los servicios de emergencias recibieron la llamada de auxilio en torno a las cuatro y veinte de la tarde. Un grupo de testigos aseguraba que el joven, que no sabía nadar, había entrado en el agua y cuando se dio cuenta no hacía pie. El bañista entró en una zona calificada como "revoltosa" por los vecinos debido a sus corrientes cruzadas y todo apunta a que dichas corrientes arrastraron al joven hasta el fondo de un pozo. Los que estaban allí vieron que sacó la cabeza del agua hasta dos veces y unos segundos después le perdieron definitivamente la pista.

Varias patrullas de la Guardia Civil, con apoyo de la Policía Local, establecieron de inmediato un amplio dispositivo de búsqueda. Un residente ofreció su ayuda al operativo prestando un dron, con el que finalmente consiguieron localizar el cadáver prácticamente en el mismo punto en el que lo habían visto pelear por su vida la última vez. Efectivos de bomberos se sumaron al dispositivo y, gracias a su ayuda, fue posible sacar el cuerpo. La forense confirmó la muerte y autorizó el levantamiento del cadáver a las 19.45 horas.

La situación sobrepasó al numeroso grupo de jóvenes que seguían desde la orilla el rescate de Juanqui Menéndez. Algunos eran amigos suyos y otros admitían haberle conocido el mismo día. Testigos apuntaron que el joven había estado tomando unas cañas con un pequeño grupo en Las Caldas y posteriormente se sumó a otro grupo más numeroso, con el que estaba pasando la tarde. La playa fluvial situada a escasos metros del puente que conecta Las Caldas con Caces es un lugar habitual de reunión de jóvenes y el grupo ya había elegido el lugar en más ocasiones para disfrutar del buen tiempo.

Los agentes de la Guardia Civil tuvieron que hacer una doble labor de rescate y apoyo psicológico. Muchos de los presentes se mostraron destrozados por la inesperada pérdida y otros insistían en poder ver el cuerpo del chico por última vez. Finalmente, efectivos de la Guardia Civil, Protección Civil y bomberos establecieron una barrera humana para ahorrar al grupo de jóvenes, de entre 18 y 20 años, el trago de ver la retirada del cadáver del chico.

Tensa espera

La tensión fue creciendo según se iban demorando las labores de rescate debido a la complicada ubicación del cuerpo sin vida de Menéndez. Algunos jóvenes exigían rapidez a los agentes y las disputas crecieron hasta el punto de que fue necesario esposar a dos de los presentes. Ambos, mayores de edad, no llegaron a ser detenidos, pero sí fueron objeto de una denuncia por enfrentarse a la autoridad. "Hay que comprender que son jóvenes y la situación es muy difícil", comentaba un agente ante la papeleta de tener que calmar los ánimos entre un grupo de chavales desesperados y, en algunos casos, fuera de sí por lo ocurrido.

Importante resultó la intervención de la progenitora de uno de los jóvenes presentes en la zona, que logró calmar los ánimos de algunos chicos cuando se desbocaban. "Pensad que detrás de todo esto hay una familia que hoy tendrá el día más duro de su vida", clamó la mujer para aplacar los nervios de varios chicos descolocados por la gravedad de lo sucedido.

El rescate obligó a realizar un gran despliegue en la orilla del río, situada en las proximidades de la piscina de Las Caldas. Fueron decenas y decenas de paseantes los sorprendidos por el operativo y conmocionados al conocer el fatal desenlace. "Es increíble lo fácil que se puede ir una vida tan joven", apuntó un vecino, conocedor de la peligrosidad del pozo donde tuvo lugar el ahogamiento. "No recuerdo si hubo algún muerto, pero sé de muchos casos de gente que las pasó canutas para salir", indicó este residente de Las Caldas.

Las noticias no tardaron en llegar al barrio de La Florida, donde grupos de jóvenes llegaron incluso a convocar reuniones urgentes para compartir el dolor por una pérdida tan trágica como inesperada. "Era un chaval estupendo y muy querido por todos", comenta la vecina Carmen Ganso, cuyo hijo era muy amigo del fallecido. "Están muy nerviosos y no tienen gana de hablar con nadie", apuntó la mujer acerca de la tristeza profunda en la que se sumió el entorno del chico.

Algunos conocidos apuntan a que el chico vivía con su abuela en la calle Pravia del barrio de La Florida. Era habitual verle con grupos de amigos y entre los chicos de su edad era "bastante popular", según explican en el barrio. En el día de ayer se había dispuesto a pasar la tarde con su pandilla y lo que menos pensaban sus acompañantes es que al darse un baño para refrescarse ante el sofocante calor los caprichos del destino y las corrientes fluviales acabarían con su vida.