El ministerio público pide penas que suman ocho años y medio de cárcel y multas por importe de 22.000 euros para los abogados José Ignacio Herrera Cereceda y Vicente Campaner Muñiz, así como para el empresario de la noche de Palma de Mallorca Jaime Lladó Rubí, director de la discoteca "Tito's", por acosar a un camarero asturiano. Se trata del llamado "Testigo número 29", cuya declaración ante el magistrado Penalva ha sido clave en las investigaciones al empresario mallorquín Bartolomé Cursach, conocido como el rey de la noche de Palma.

El ministerio público también solicita una indemnización de 24.000 euros para este camarero asturiano, que tuvo que exiliarse a Suiza ante las agresiones cada vez más brutales a manos de sicarios rumanos que estaba sufriendo, así como las amenazas de muerte que este grupo le infería, y que llegaron a afectar a una hermana del testigo, residente en la región. El Juzgado de instrucción número 10 de Palma ha abierto juicio oral a los tres implicados en este vidrioso caso, sobre el que han corrido ríos de tinta.

El "testigo número 29" pide por su parte penas que suman 19 años y medio de prisión, así como multas por importe de 104.000 euros e indemnizaciones para la víctima por una suma de 180.000 euros.

Al parecer, los abogados habrían divulgado la identidad del testigo, lo que habría colocado al camarero asturiano a los pies de los sicarios que le pegaron varias palizas después de eso. Con ello pretendían que el profesional de la hostelería se retractase de su declaración ante el juez Penalva, en la que atribuía graves delitos a Bartolomé Cursach y a su socio Jaime Lladó Rubí.

El "caso Cursach" lleva investigándose tres años y medio. Se trata de una trama de corrupción que ensucia a políticos y fuerzas de seguridad, que habrían participado en orgías organizadas en los locales del empresario mallorquín a cambio de manga ancha.