El presunto asesino de Madeleine McCann, Christian Brückner, de 43 años, manifestó a un conocido su fantasía de secuestrar y abusar de un niño pequeño. De acuerdo con documentos de la investigación, en septiembre de 2013, el sospechoso le escribió a un conocido por un servicio de mensajería de chat que sentía el deseo de "cazar algo pequeño y utilizarlo durante días". A la respuesta de su interlocutor de que eso sería peligroso, replicó: "Bah, si luego se eliminan las pruebas".

El presunto asesino de Madeleine cumple condena en una cárcel alemana y cuenta con numerosos antecedentes de delitos sexuales, entre ellos contra menores. El presunto asesino está siendo investigado además por otro posible secuestro, el de la niña alemana Inga, de 5 años, que desapareció en Sajonia-Anhalt en la primavera de 2015, durante una excursión con su familia.

Brückner estaba por esas fechas en un terreno a 90 kilómetros del lugar en el que fue vista la niña por última vez. Fue registrado un año después por la Policía, que halló un USB con pornografía infantil, pero ningún rastro de Inga. Brückner vivió en el Algarve portugués entre 1995 y 2007, cerca de la localidad de Praia da Luz, en la que estaba el apartamento del que desapareció Maddie.