Ropa, complementos, plataformas digitales y comida rápida a domicilio. En eso invirtió una gijonesa de 31 años los 4.300 euros que estafó a un hombre de 90 años al que sustrajo su tarjeta de crédito aprovechándose de su puesto de trabajo en la residencia de Gijón en la que vivía su víctima. Esta mujer, además, no era la primera vez que actuaba y ya en 2018 había cometido el mismo delito contra otro señor de avanzada edad que estaba ingresado en una residencia de Avilés.

La delincuente, con formación para el cuidado y asistencia gerontológica, hacía pocos meses que había entrado a trabajar en la residencia de Gijón. Pronto se apoderó de dos tarjetas de crédito que pertenecían a uno de los residentes, de 90 años. Con ellas realizó hasta 31 cargos fraudulentos por importe de 4.300 euros, explican fuentes de la Comisaría de Gijón.

La denuncia del nonagenario originó una investigación que permitió centrar la vista en la ahora detenida. Esta mujer "tenía acceso a los efectos personales de los residentes y se había valido de esa confianza para hacerse con la numeración de las tarjetas y sus códigos de validación y con ellas había realizado compras en internet", describen desde la Policía Nacional.

La mujer, para no levantar sospechas, "no se apoderó del soporte físico", y así su víctima siempre tenía las tarjetas en su poder. Pero pese a los noventa años que tenía, este hombre llevaba un control periódico y exhaustivo de sus cuentas, por lo que enseguida se percató del robo de su dinero al ver los reintegros fraudulentos que tenía en su tarjeta. Primero lo comunicó a los responsables del centro y estos a la Policía, que lograron detener a la trabajadora.

La estafadora era conocida para los agentes. De hecho, tenía varios antecedentes por hurto y estafa. Otra de sus tropelías había sido en el año 2018, cuando se apropió también de la tarjeta de crédito de otro paciente ingresado en una residencia de mayores de Avilés. En aquella ocasión, en lugar de compras online, realizó extracciones de dinero -el hombre llevaba anotado el número clave en la cartera- apropiándose de hasta 50.000 euros.

Los investigadores confirman que no se descarta que otros residentes hayan sufrido los mismos cargos indebidos a su cuenta por culpa de la detenida.