Los dos hosteleros gijoneses, de 44 y 26 años, detenidos por un delito contra la salud pública, al ser acusados de vender cocaína y hachís en el bar que regentaban en el barrio de Pumarín, ingresaron ayer en prisión -comunicada y sin fianza- por orden del Juzgado de Instrucción que les tomó declaración. Además, la magistrada optó por ordenar la clausura del establecimiento, ubicado en la calle Guipúzcoa.

La operación de la Policía Nacional que ha permitido clausurar un activo punto venta de droga en Gijón -y enviar a prisión preventiva a los supuestos autores- se inició tras recibir distintas informaciones que aseguraban que en el interior de un bar se estaba traficando con droga, porque entraba mucha gente al establecimiento, pero muy pocos se quedaban a consumir bebidas. De hecho, en Gijón se desmantelaron el año pasado 45 puntos de venta de drogas, muchos de ellos en establecimientos de hostelería y gracias a las denuncias vecinales que siempre investigan en la Comisaría de Gijón.

En esta ocasión, la vigilancia de los agentes también permitió confirmar esos supuestos pases de droga, sancionando a varios de los clientes que habían adquirido la cocaína y el hachís en el interior de este bar de la calle Guipúzcoa. En los registros del local y de sus domicilios los investigadores pudieron incautar 17 papelinas de cocaína, diversas cantidades de hachís preparada para la venta, cuatro básculas digitales y cerca de nueve mil euros provenientes del negocio ilícito y que tenían escondidos en un cubo, según explicaron fuentes de la Comisaría. Estos individuos, con antecedentes por lesiones, habían seguido vendiendo drogas durante el confinamiento por el estado de alarma, puesto que se llevaron la mercancía a casa al tener el bar cerrado.