Un terremoto de 3,1 de magnitud y epicentro al noreste de San Miguel de Salinas se ha dejado sentir en el resto de la comarca a las 5.51 horas. El Instituto Geográfico Nacional (IGN) recoge que esta actividad sísmica ha sido percibida con una en la mayor parte de municipios de la Vega Baja, Elche y Murcia. El epicentro estaba localizado a ocho kilómetros de profundidad en La Marquesa, según el mapa de localización del temblor. Algunas policías locales de esos municipios han recibido llamadas de vecinos sin que se hayan producido daños.

La misma fuente indica que en algunos puntos, como Torrevieja, Orihuela Costa o Almoradí, y el temblor ha sido percibido por la población con una intensidad IV en la escala EMS. El IGN la ha elevado de III a IV una vez que ha recibido más información.

Dos minutos después del primer terremoto se ha producido una réplica de magnitud 2 muy cerca del epicentro del inicial.

Según esa escala el terremoto ha sido "ampliamente observado" y perceptible por la mayoría de personas dentro de los edificios con una sensación similar al paso de un camión grande y ha llegado despertar a algunas personas que estaban durmiendo. El seísmo ha sido sentido -desde el punto de vista subjetivo- por la población en zonas urbanas con bastante más intensidad que su magnitud real.

Esta actividad sísmica es frecuente en la Vega Baja donde se producen decenas de pequeños terremotos al año, la mayoría no sentidos por la población. Durante el siglo XIX varios terremotos produjeron daños graves y víctimas en localidades de la comarca. El episodio más destacado fue el terremoto de Torrevieja de marzo de 1829, que arrasó esta localidad y provocó graves daños en Guadamar, Almoradí y Orihuela y cientos de víctimas mortales -hasta trescientas-, según las crónicas de la época.