Un hombre de 99 años de edad, ingresado en la residencia Centro Sociosanitario Nuestra Señora del Carmen de Valencia, estuvo a punto de matar ayer a su compañero de habitación, de 80 años, al clavarle de manera sorpresiva y al menos en cuatro ocasiones un cuchillo de mesa en el cuello.

Tanto la víctima como el autor de la agresión permanecen ingresados en el Hospital Clínico de Valencia, el primero restableciéndose de las heridas y bajo observación por si se complican, y el segundo, en la unidad de Psiquiatría ya que, al parecer, atacó a su compañero durante un brote agudo de demencia.

Los hechos se produjeron a las 15.30 horas en la citada residencia de mayores, especializada en la atención a personas dependientes, cuando uno de los cuidadores escuchó los gritos y acudió a la habitación donde estaban ingresados los dos hombres. La víctima, que padece alzheimer en estado avanzado, estaba sentada en la misma silla donde le acababan de agredir, y sangraba a través de las heridas, en un lateral del cuello.

Los responsables del centro llamaron al 112, que envió varias coches patrulla de la Policía Nacional al lugar. El autor, de 99 años, también continuaba en la habitación y con el cuchillo de mesa en sus manos, arma que fue intervenida por los agentes.

Según los testigos, el agresor, que este año cumplirá los 100, llevaba varios días con síntomas de demencia, que se traducían en que estaba convencido de que la residencia iba a sufrir un ataque externo y que les iban a bombardear. De hecho, a los cuidadores les llegó a decir, tras la agresión, que su compañero de habitación era responsable del asesinato de dos guardias civiles a quienes había enterrado en un lugar que no había revelado.

Dado el tipo de agresión, el caso ha sido puesto en manos del grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Valencia, cuyo agentes han optado por no detener al presunto autor. En lugar de eso, fue trasladado en una ambulancia de la Conselleria de Sanidad a la unidad de Psiquiatría del Hospital Clínico de Valencia, donde permanece ingresado hasta que los médicos concluyan la evaluación de su estado mental y decidan cuál es la medicación más adecuada.

En todo caso, al haber actuado bajo la influencia de un trastorno mental de esas características, lo más probable es que el juez que ha asumido el caso en funciones de guardia termine declarando la inimputabilidad del hombre, que al parecer no distinguía la realidad de sus alucinaciones cuando le clavó el arma en el cuello.

El herido, por su parte, fue trasladado al mismo centro hospitalario en una segunda ambulancia y, al parecer, las heridas no revisten gravedad.