"Vimos que había poca agua y eso hace que el río vaya con fuerza. Estuvimos a punto de cancelar la excursión". Es el lamento de la empresa organizadora del descenso en canoa por el río Cares en el que murió ahogada el viernes una niña madrileña de 14 años. La compañía tiene previsto dejar de hacer indefinidamente el trayecto en canoa. "Era un grupo muy grande y difícil de controlar, tardamos en darnos cuenta de que faltaba", reconoció ayer uno de sus responsables. Las localidades adyacentes (distribuidas en tres concejos, las dos Peñamelleras y Onís), permanecían ayer conmocionadas por el suceso. "Fue una desgracia", repetían insistentemente vecinos, turistas y hosteleros, que apuntaban a la "confusión" existente sobre lo sucedido.

Las dudas eran una constante haciendo un recorrido por la zona. En orden inverso a lo ocurrido, en Panes (Peñamellera Baja), la empresa de aventuras organizadora de la excursión en la que participaba la joven -que estaba en campamento de verano Layos Camp de Comillas- subrayó que, por el estado actual del río, "con poca agua", casi suspendieron la salida anteayer viernes.

Algo que finalmente no ocurrió. Y explicaron que las canoas salieron -como habitualmente en estas fechas- desde un punto próximo a Arenas de Cabrales. La llegada estaba prevista en las proximidades de Mildón. El suceso, por tanto, se produjo al final del recorrido. "Llegamos a un punto en el que volcó la primera canoa y todos fueron detrás, cayendo al agua", relataron los organizadores. Los mismos reconocieron que, "el grupo era muy grande y difícil de controlar, la mayoría acabó volcando". Entonces, siempre según el relato de los responsables de la empresa de aventura, "los chavales intentaron salir del agua, en contra de lo que les habíamos dicho". Hasta que no ganaron todos tierra firme, no pudieron percatarse de la ausencia de la niña. Sobre el suceso y sus motivos, la empresa apuntó: "No los conoce ni la Guardia Civil que participó en el rescate".

Los hechos se produjeron a unos cuantos kilómetros de Panes, en Mildón (Peñamellera Alta). Allí hay cuatro casas. En una de ellas vive Félix Sánchez, considerado por los vecinos de la zona como el pescador que mejor conoce el río. Sánchez presenció el suceso desde la orilla, donde habitualmente echa la caña. "Se fueron contra una roca y ella salió disparada, quedando atrapada en otra gran piedra, donde la corriente pasaba con gran intensidad", explicó.

Como buen conocedor del río, aseguró que "es peligroso". No en vano citó "el campeonato de piragüismo de aguas bravas" que, años atrás, se disputó en las mismas aguas donde la joven madrileña perdió la vida.

Siguiendo la carretera, que comparte el desfiladero con el río Cares, se llega rápido a la localidad de Trescares. Allí, entre casas subidas a la ladera, algunos de los compañeros de excursión de la malograda joven, acudieron el viernes para llamar a sus familiares en medio de un mar de lágrimas.

"No llegaron a entrar. Eran tres o cuatro que estaban fuera llamando por teléfono desolados", aseguró uno de los trabajadores del establecimiento, lleno a rebosar de turistas. Uno de ellos, José Ramón Cortés, de Córdoba aseguró haber cambiado de planes a consecuencia de este luctuoso accidente. "Íbamos a hacer hoy (por ayer) lo de las canoas, pero, al enterarnos de esto, hemos dado marcha atrás", reconoció este andaluz de 42 años, acompañado de dos amigos y su esposa.

De vuelta a Panes, los vecinos no hablaban de otra cosa que no fuera el suceso y la pesca de salmones. Residentes y hosteleros no dejaban de hacer comentarios sobre "un acontecimiento desafortunado", temiendo el impacto que lo ocurrido pueda tener sobre el turismo en la zona, muy ligado a la empresa de aventura.

"A nosotros nos mandan clientes", reconocía Luis Valbuena, trabajador de un negocio de hostelería a pocos metros de la sede de la compañía. Él, actualmente, vive en Gijón, pero siempre ha estado ligado a la zona y trabaja durante el verano en el restaurante. "Aquí el turismo viene de Potes (Cantabria) principalmente, y luego de otras zonas de Asturias y de la mitad Norte de España", explicó el camarero. "La mayoría de la gente joven de Panes trabaja aquí y esto es una pena. Nunca había habido una muerte en una excursión de este tipo", añadió.

Con el coincidió el pescador Sánchez y otros habituales del restaurante de Panes: "Como mucho habían fallecido pescadores y gente que hacía el cafre bañándose en el río, nada más que eso". Ahora se añade la muerte de la joven madrileña en una actividad lúdica y deportiva que merecía otro final.