Los servicios sanitarios intentaron reanimarlo durante más de una hora, pero finalmente Daniel de la Vega murió después de que un ladrillo, caído de la parte más alta de un andamio, le diera en la cabeza. Era llanisco, tenía 43 años y ayer era el último día en la obra en la que trabajaba en el centro de Arriondas (Parres). Tan solo llevaba mes y medio trabajando para la empresa Construcciones Fernández Millar, con sede en Llanes, cuyos responsables estaban ayer consternados.

El suceso tuvo lugar hacia el mediodía. El centro de coordinación de emergencias del 112 Asturias recibió el aviso a las 12.04. En la llamada advertían de la situación y un equipo médico de la UVI-móvil de Arriondas se trasladó de inmediato a la zona, donde acudieron también la Guardia Civil y la Policía Local. Pese a su insistente trabajo los sanitarios no pudieron salvarlo.

El accidente laboral despertó gran expectación en la zona, donde los efectivos de seguridad mantenían restringido el espacio para evitar el paso de peatones. Finalizado el trabajo de la Policía Judicial, que tendrá que elaborar un atestado pormenorizado del suceso, a las 14.20 horas el forense procedió a levantar el cadáver, que fue trasladado por una funeraria al Instituto de Medicina Legal de Oviedo, donde le practicarán la autopsia antes de ser enterrado.

Daniel de la Vega había comenzado a trabajar en la empresa hacía poco tiempo, aunque ya había estado empleado en la misma otras veces. De padres españoles, había nacido en Venezuela, aunque vivía en el barrio Villaescusa de la localidad llanisca de Barru, junto a su madre, Amalia Gómez, su hermana y su sobrino. Durante varios años fue empleado de mantenimiento del camping María Elena, donde tampoco se acababan de creer ayer la noticia.

Era un hombre reservado, "buena persona" y aficionado a la restauración de motos antiguas. Era también "un chaval tímido, callado y de fácil sonrisa", cuentan quienes lo conocían, desolados con la repentina muerte de este joven "tan conocido y querido como su familia".

La empresa Fernández Millar era la encargada de demoler un viejo edificio por orden municipal por el estado ruinoso que presentaba. El Ayuntamiento inició estos trabajos para evitar riesgos a los peatones. Ahora habían asegurado el perímetro, consolidado los muros y ayer habían empezado a recoger el material de lo que ahora es un solar seguro de la calle Argüelles, la travesía de Arriondas.

El suceso acontecido en el concejo de Parres es el segundo accidente laboral mortal en lo que va de semana después de que el pasado lunes Fernando Marcos Balmori, de 41 años, falleciera en la factoría de ArcelorMittal tras caer del camión del que era conductor.