Rescate milagroso de madrugada en los Picos de Europa. Una familia belga de cuatro miembros -los padres y sus dos hijos- se perdió cuando hacían un recorrido entre Fuente De (Cantabria) y el refugio de Vega de Urriellu, en Cabrales, donde iban a pasar la noche. La ruta idílica de los centroeuropeos acabó en una pesadilla que pudo haber tenido un final dramático, de no ser por el complicado rescate obrado por efectivos del Servicio de Emergencias del Principado (SEPA), que caminaron durante cuatro horas, y gran rato bajo la lluvia, para alcanzarlos: "Cuando supimos que el helicóptero no podía aterrizar por la tormenta, mi hijo me preguntó si íbamos a morir", recuerda la madre, de 54 años.

Ella, junto a su marido, de 55, y sus dos vástagos, de 19 y 16 años, habían salido por la mañana de Fuente De para llegar hasta Cabrales. "Vinimos a esta zona de España porque unos amigos nos dijeron que los Picos de Europa eran preciosos", explicaba ayer la mujer a LA NUEVA ESPAÑA.

Dicho y hecho. Procedentes de Amberes llegaron al Parque Nacional hace dos días. En su mente, hacer cuatro rutas. Sin embargo, cuando se disponían a llegar al refugio Vega de Urriellu acabaron por perderse. "Les preguntamos a nuestros amigos si hacía falta traer GPS o valía con salir con un mapa como solemos hacer. Nos dijeron que no hacía falta", aseguran.

Cansados, desorientados y sin ropa de abrigo vieron cómo se hacía tarde y llamaron al refugio: "Nos dijeron que teníamos que ponernos en contacto con el 112 para que vinieran con el helicóptero a buscarnos".

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Rescate de montaña en Cabrales

Y así fue. La aeronave salió de La Morgal (Llanera) pasadas las seis de la tarde en dirección a la parte alta del valle de Las Moñetas, donde se encontraba la familia. La Sala 112 del SEPA movilizó en ese momento al Grupo de Rescate con el helicóptero medicalizado e informó de la intervención a los 112 de Cantabria y Castilla y León y a la Guardia Civil.

El aparato llegó a estar cerca de ellos -"lo oíamos", cuentan- pero, de repente, comenzó la tormenta: "En cuestión de cinco minutos se complicó mucho el tiempo y no podía aterrizar".

De hecho, el helicóptero tuvo que tomar tierra con dificultades en Sotres debido a los rayos y el granizo. "Llamamos otra vez y nos dijeron que tenían que intentar llegar a pie. Ese fue el momento en el que pasamos más miedo", relatan.

Un vecino trasladó a los dos rescatadores y a la médica en todoterreno hasta Vega del Toro. Desde allí comenzaron a caminar un total de cuatro horas y media, dos de ellas bajo la lluvia, hasta localizar a los senderistas. "Cuando llegaron fue una liberación. Estamos impresionados por el gran esfuerzo que hicieron, no podremos dejar de agradecérselo", destacan los excursionistas belgas.

El equipo de rescate no llegaba con las manos vacías. "Nos trajeron mantas térmicas metálicas, calcetines, café, ropa de abrigo y todo lo que necesitábamos para resistir", agradece la familia rescatada. En ese momento ya eran casi las tres de la madrugada. La oscuridad y la tormenta obligaban a rescatadores y rescatados a permanecer más tiempo en la montaña antes de que el helicóptero pudiera ir a por ellos.

"Por fin, a las seis de la madrugada volvimos a oír las hélices", rememoran los belgas. Desde allí, fueron trasladados a Fuente De, donde habían dejado su vehículo el día anterior. El helicóptero, por su parte, llegó a La Morgal pasadas las ocho y media de la mañana.

Ya más tranquilos, durante la tarde de ayer, alojados en Poncebos (Cabrales), recordaban la odisea vivida para este periódico e insistían especialmente en el agradecimiento a los miembros del 112 de Asturias. "Nos salvaron, así fue", resumen.

A pesar del incidente, las ganas de permanecer en la zona de Picos de Europa no se les ha quitado. Explican que les está gustando mucho y que mantienen la intención de ir en la jornada de hoy a recorrer la garganta del Cares. "Es una ruta más sencilla, así que esperamos no tener ningún problema", puntualizan.

Es más, tampoco descartan regresar en un futuro a los Picos de Europa. Eso sí, reconocen que no volverán a intentar hacer rutas con tanta complicación como la del día de ayer o, al menos, llevarán GPS. De momento, les quedan aún un par de días más en los Picos para tratar de disfrutar y quitarse el susto del cuerpo antes de regresar a Amberes. Se irán, sin duda, con un recuerdo excepcional del equipo de rescate, que obró el milagro de sacarlos intactos de la montaña, completando una operación de muchas horas y en condiciones complicadas.

Una historia con final feliz en una zona donde es frecuente que montañeros que se pierden o sufren lesiones propicien la intervención del helicóptero de Asturias.