Cinco personas de etnia gitana fueron detenidas la pasada noche como presuntos autores de agredir a tres guardias civiles, que resultaron heridos de diversa consideración, cuando intervinieron para sofocar una pelea entre dos familias en el centro de Grado. Anoche no se descartaban más detenciones. Según las fuentes consultadas, se trata de dos clanes conflictivos.

Los hechos se produjeron sobre las 23.30 horas del sábado en la zona de los bares de las dos vías, a raíz de un altercado con un vecino de Grado, por lo que se pidió la intervención de la Guardia Civil. Según distintas fuentes, varias personas de etnia gitana se desplazaron hacia la zona alta de la localidad, en la calle Flórez Estrada, en la zona de La Flor y la Cruz, cerca de la entrada a la villa desde la autopista. Allí se inició una batalla campal a la que acudieron varios agentes de la Guardia Civil para tratar de sofocar el altercado.

Sin embargo, lejos de calmarse los ánimos, los implicados en la reyerta se revolvieron contra los agentes y les atacaron. Una mujer corrió detrás de varios de ellos armada con su muleta, que le pudieron arrebatar. Después fue a pedir a los agentes que se la devolvieran.

Los agresores llegaron a actuar con tal contundencia que incluso arrebataron la defensa a alguno de los guardias, y uno de ellos también quedó tendido en el suelo, donde se protegió como pudo de los golpes. A los detenidos se les acusa de ser los presuntos autores de delitos contra el orden público, de resistencia, desobediencia y atentado contra agente de la autoridad. A uno de ellos, además, por un delito de lesiones a un vecino de Grado. Todo ello con independencia de las infracciones administrativas por incumplir la normativa contra el covid-19, por desórdenes públicos y otras que pudieran derivarse.

Elsa Suárez, alcaldesa en funciones de Grado, quiso enviar un mensaje tranquilizador. "Tengo clarísimo que es algo completamente aislado y que no va a haber ningún problema en el futuro. Lo que pasó no tiene nada que ver que ver con las fiestas, es un hecho que paso el día de Santiago como podría haber pasado cualquier otro día, pero no creemos que se vaya a repetir", afirmó. Un vecino que reclamó anonimato aseguró que se enteró "al día siguiente al verlo por internet. Yo vivo por aquí, pero estoy un poco alejado, por lo que no me enteré de nada de lo que pasó, ni escuché ruidos ni nada". Los dueños del hotel restaurante Auto-Bar, situado frente al lugar de los hechos, explicaron que "como era el día de Santiago cerramos antes y nos fuimos al pueblo, así que no nos enteramos de nada. Nos enteramos al día siguiente, cuando volvimos a abrir".