Hace una semana la rápida actuación de dos vecinos de La Muela evitó que una mujer fuera apaleada con un bate de béisbol en plena vía pública. Redujeron al agresor que fue detenido y ahora la Guardia Civil acaba de descubrir que detrás del ataque había el encargo de un asesinato. La inductora del mismo, la exmujer del novio de la víctima, fue arrestada este jueves de madrugada por un delito de asesinato en grado de tentativa, en su vivienda en el zaragozano barrio Oliver. Junto a ella también fue detenido en Figueruelas un hombre por participar en el ataque. En total, tres arrestos por estos hechos.

La Unidad Orgánica de la Policía Judicial del instituto armado en la capital aragonesa llegó a esta conclusión tras tomar declaración al sicario. Este joven, identificado como D. P. M., explicó que a lo largo del mes de julio de este año recibió la llamada de una persona que le dijo que tenían un problema que ninguno de ellos podía solucionar porque iban a ser fácilmente identificado. Que, incluso, habían intentado por todos los medio el destierro de Zaragoza, pero que no lo habían conseguido.

Por lo tanto, esta persona, que según la investigación ha resultado ser el nieto de la mujer detenida y que actualmente se encuentra en un centro penitenciario de Francia, le dio la dirección en la que vivía la víctima para que hiciera vigilancias. Le dijo, según ha podido saber EL PERIÓDICO, que cada vez que subiese a controlarla se pasara por la casa familiar para darle dinero para el taxi de ida y vuelta y que «estuviese las horas que creyese conveniente hasta que un día u otro diese con ella».

Una semana estuvo observando los pasos de la mujer, pudiendo comprobar que todos los días, a la misma hora, bajaba al parque. Habló con la persona que le hizo el encargo, diciéndole que ya la tenía ubicada. Entonces, le dio un palo y le dijo «súbete a allí (La Muela) y hazle todo lo que puedas, me da igual que la mates que no». No obstante, según declaró a los agentes, «no tenía intención de acabar con su vida».

Los investigadores le preguntaron si esta persona les ofreció algún tipo de remuneración por cometer la agresión, señalando el detenido que le ofreció dinero sin decirle la cantidad. Todo dependería del daño que le hiciera. A más lesiones o si el resultado era la muerte, el cobro sería mayor.

Para llevar a cabo el plan, D. P. M. fue recogido en un coche blanco y trasladado a las inmediaciones de la calle Gil Tarín de La Muela, próximo a la vivienda de la víctima. Le dijeron que le iban a esperar dos calles más abajo del parque para huir del lugar. No lo consiguió porque fue retenido por varios vecinos y posteriormente detenido por la Guardia Civil.

Una versión que fue corroborada por los agentes de la Benemérita tras analizar su teléfono móvil. Los investigadores pudieron escuchar un audio enviado el 15 de julio, a través de la red social Facebook, en el que el nieto de la detenida le ofrecía ganar dinero «por hacer una cosa fácil y buena, que es un asunto personal suyo». El otro le contesta que «si está en su mano no le tiene que dar nada, que lo hace de corazón» y le recordaba que salió mal «lo de la carta». La Guardia Civil pudo descubrir que le mandó droga a la cárcel, pero no llegó a destino».

Meter prisa

No fue la única conversación que escucharon los agentes, ya que se produjeron varias los días siguientes. El día 20 de ese mes, sobre la 1.00 horas, el nieto de la detenida le dice que «no pueden tardar mucho porque su viejica está que no puede más». Incluso llegan a hablar de «conseguir la herramienta», que el instituto armado identifica como una pistola y no el bate de béisbol que finalmente fue empleado.

La investigación realizada por la Guardia Civil determinó que en un primer momento la idea era cometer la agresión con un arma de fuego, pero que al no conseguirla optaron por realizarla con ácido. La Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Zaragoza considera que «problemas logísticos» llevaron a los sospechosos a optar por un objeto contundente.

El móvil que habría detrás del encargo que llevó al arresto de R. D. M. F., de 68 años, estaría una venganza con respecto a su exmarido, quien le habría denunciado en varias ocasiones. Este viernes ha pasado a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de La Almunia de Doña Godina que ha decretado el ingreso en prisión de la mujer, lugar en el que se encuentra el autor del ataque.

Tras la agresión continuaron las amenazas de muerte y el acoso. Una circunstancia que el instituto armado valoró como riesgo alto, obligándoles a actuar de manera urgente para evitar que se materialicen nuevamente o se hagan con un arma de fuego. La víctima interpuso denuncia por estos graves hechos.