La Policía Nacional detuvo a un hombre de 60 años como presunto autor de la profanación de tres sepulturas en el cementerio de Andújar (Jaén), ocurridas entre marzo y mayo de 2019. Se trata de asturiano sin domicilio conocido.

La detención se llevó a cabo ayer viernes en Montoro (Córdoba) y el sospechoso fue trasladado hasta la Comisaría de Jaén donde se sigue con la investigación para ver su implicación en otras siete profanaciones de tumbas registradas en municipios como Arquillos (Jaén), Pedro Abad (Córdoba) y El Carpio (Córdoba).

Desde 2015, se tiene constancia de 44 profanaciones en España, de ahí que ahora, una vez que se ha podido llevar a cabo la detención, se vaya a comprobar cuál ha sido el recorrido de este hombre, al que no le consta domicilio, desde su salida de prisión para determinar si se le pueden atribuir otros delitos de la misma índole.

En la denuncia interpuesta en la Comisaría de Andújar el 14 de marzo de 2019 se daba cuenta de la violación del sepulcro y profanación del cadáver de una mujer que había sido sepultada el día anterior. Al parecer durante la noche del 13 al 14 de marzo alguien penetró en el cementerio para realizar este hecho. Posteriormente, el 5 de mayo de 2019 y en el mismo camposanto, se repetían los hechos en dos sepulturas de dos mujeres. Éstas habían aparecido fuera de sus féretros. El presunto autor había provocado daños en el cementerio que superaban los 4.000 euros.

Los trabajadores del cementerio indicaron a los agentes que desde los primeros días del año 2019 habían detectado la presencia de un individuo que no era de Andújar y que prácticamente se pasaba todo el día en el cementerio. Asimismo, señalaron que este hombre había llegado a realizar proposiciones de tipo sexual a mujeres mayores que frecuentaban habitualmente el camposanto.

A los pocos días de la última profanación, este hombre desapareció de Andújar. A lo largo de los días y meses, los investigadores tuvieron conocimiento de hechos similares en cementerios de Arquillos, El Carpio y Pedro Abad. Se pudo constatar que los mismos sucesos que se estaban ocurriendo en estas poblaciones podían haber sido realizados por el sospechoso ya que, cada vez que ocurría una profanación, desaparecía para aparecer en otra población donde, presuntamente volvía a ocurrir lo mismo.