La autopsia practicada a la joven de 27 años Maite Cantarero, cuyo cadáver fue hallado el jueves cerca de la Laguna del Campillo, en el municipio madrileño de Rivas-Vaciamadrid, tras desaparecer el domingo, señala que la chica murió de forma accidental tras caerse por un terraplén.

Según ha adelantado este sábado el diario El Mundo y han confirmado a Efe fuentes próximas al caso, las heridas y magulladuras analizadas en el cuerpo de la joven por el equipo de forenses corresponden a una caída por un terreno escarpado.

Así, la joven, por causas que se ignoran, se pudo sentar en el borde un precipicio y perder por algún motivo el equilibrio hacia el terraplén, por el que descendió unos ochenta metros hasta el punto donde fue hallada el jueves por el equipo del Grupo de Montaña de la Guardia Civil.

El Instituto Armado descarta de esta forma el suicidio de la joven, como en un principio apuntaron como hipótesis fuentes de la investigación a EFE.

La chica, natural de Córdoba, se instaló a finales del 2019 en casa de sus tíos en Rivas Vaciamadrid, ya que su intención era buscar trabajo en la capital, afirman a Efe fuentes familiares, que no tenían noticias de ella desde la tarde del pasado domingo 6 de septiembre.

Su hermana aseguró a Efe que la joven se había marchado de la casa sin su móvil, su tabaco y unos cascos.